- Mi memoria es mi mejor cómplice. Decidimos de común acuerdo el grado de importancia de nuestros recuerdos.
- Cuando se me anudan las tripas,
se me congelan los labios,
se hace un vacío espantoso
dentro de mi cabeza,
me duelen las sienes,
sudan mis manos
y mis piernas se niegan sostenerme,
entonces sé que estoy frente al miedo.
- Prejuicios: No hay que definirme según mi apariencia. No revela casi nada de lo que soy. Sigo todavía haciendo un trabajo continuo de reconciliación y de de aceptación conmigo misma para preservar mi autenticidad.
- Yo y el otro:
Yo soy yo y tú eres tú. Soy yo por mí misma y por los demás, y esto me basta. Acéptame tal como soy en mi diferencia de ti y yo haré lo mismo contigo para convivir en armonía.
El otro no es ni mejor ni peor que yo, es diferente. Solo nos falta a ambos una dosis de curiosidad y receptividad y seguro que seremos los mejores amigos.
- Los intolerantes son la gente que son como son, hacen lo que quieren y exigen que yo sea como ellos quieren. Yo les digo: ¿Y cuándo podré ser yo y hacer lo que yo quiero?
- La maldad es el arte de escupir veneno en forma de actos o palabras y la mejor de las veces con una sonrisa. Para preservarme, intento que jamás me alcancen esos escupitajos.
- El olvido para mí es un hoyo muy hondo. Al nacer, de inmediato todo acontecimiento gira en torno a él intentando resistir de todos los modos posibles ante su fuerza magnética. Finalmente, el olvido acaba cayendo en ese hoyo a no ser que logre evitarlo. Pocos se recuperan gracias a la memoria y, cuando eso ocurre, lo llamamos recuerdo.
- Amnesia,
falta de ánimo.
Amnesia,
por cobardía,
por debilidad,
por miedo.
Cerrar los ojos,
esconderse,
borrar la memoria,
Por amnesia voluntaria.
- Tiempo.
Mi tiempo.
Tiempo de los demás.
Vas caminando paso a paso,
a veces lento, otras rápido,
sin un temor determinado,
dejando huellas,
curando heridas…
Tiempo,
tiempo de todos,
tiempo de nadie,
pasas sin parar,
ayudas a olvidar,
a cortar los hilos
que atan al pasado.
- Muerte
Ando a ciegas hacia mi muerte.
No sé si temo ese instante
y no sé si será súbita o dulce.
Tampoco sé cuándo ni dónde
ni cuánto tiempo viviré antes.
Lo que sé seguro es que me sentí débil
cuando murieron mis seres queridos.
Y que cuando llegará mi muerte
yo ya no estaré aquí para reprobarla.
- Dios es la entidad a la que me dirijo en los instantes de felicidad para darle las gracias; y también en los instantes de desgracia y debilidad para tener ánimo.
- La vida es tener la suerte de nacer y de vivir luego de tener la suerte de renacer cada día.
- Lágrimas
No me preguntes qué me hace llorar…
Me harás llorar más y más
y no podré hablar ni cotestar.
No me preguntes qué me hace llorar…
Me costará tanto contártelo,
mucho más que con mis lágrimas.
No me preguntes qué me hace llorar…
No sabré por dónde empezar,
y tú tampoco tendrás tiempo para escucharme.
No me preguntes qué me hace llorar,
Me harás llorar más y más
y ya no me quedan lágrimas.
- La verdad: no se eligen el momento y el lugar para decir la verdad, se imponen por sí mismos como un rayo de luz que de repente ilumina el instante y la mente del que la dice y del que la espera y la recibe.
- El sueño muere cuando se realiza porque deja de ser sueño.
Rkia Okmenni.
Rabat, 21 de noviembre de 2012.
Ejercicio basado en un “Viaje interior”.