Zapatero, amigo mío,
Vengo a ti muy asustado.
Me hacen falta unos zapatos,
Y los quiero muy sólidos,
Lo más sólidos que tengas
Para que duren dos años.
¿Por qué exiges que resistan tanto
Si no los usarás ni un año?
Es tu hora y yo soy el Mensajero,
Dijo la voz por encima del hombro.
Dominando el escalofrío intenso
Que le recorrió todo el cuerpo,
Le contestó con tono resignado:
Los quería resistentes y sólidos,
Para andar y recorrer caminos.
Para visitar a mi tío enfermo,
Y ver a mi tía y mis hermanos.
Ve, hombre, aprobó el Mensajero,
Ya que tus razones conozco,
Yo te añado todos los días
Que precises para tus visitas.
Así, fue primero a su casa
Casi ausente y despistado.
Y despidiéndose les anunció:
Si alguien pregunta adónde voy,
Decidle que hacia el más allá,
Y que allí me encontrarán.
Y que por mucho que haya andado
Desde el origen de mis tiempos
Yo convivo ya con los muertos.
Rkia Okmenni
Rabat, 11 de noviembre de 2010
Tema de escritura: “Un encuentro con la muerte: mil caras, mil formas de escritura”
Lei el texto de Abdelah y ahora el tuyo que ya conocia, y la verdad es que resulta muy intestesante ver las diferentes maneras de presentar a la muerte y nuestra relacion con ella... Tu idea del zapato es simbolica y original, y bueno ya sabemos que la poesia es lo tuyo :)
ResponderEliminarFelicidades Rkia !