TALLER DE ESCRITURA "A ORILLAS DEL BU REGREG" DEL INSTITUTO CERVANTES DE RABAT

Bienvenidos a «A orillas del Bu Regreg», el blog de los integrantes del Taller de lectura y escritura creativa, un curso especial que realizamos desde hace doce años en el Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos).

En este espacio damos a conocer los cuentos, poemas y otros ejercicios de escritura que se proponen en clase y que realizan nuestros alumnos, aunque también publicamos colaboraciones de nuestros lectores.

Muchas gracias por leernos y por compartir vuestras opiniones.
Ester Rabasco Macías (profesora del Taller)

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martes, 29 de mayo de 2018

«LA LEYENDA DE LA MARTENITSA BÚLGARA» de ALBENA VLAEVA

En Bulgaria existe una curiosa tradición: cada primer día de marzo la gente se pone y ofrece a los demás un pequeño adorno que obligatoriamente lleva hilos blancos y rojos. Así se celebra la llegada de la primavera- el símbolo de la renovación, de la esperanza de un buen futuro. Lo llaman martenitsa porque se relaciona con el mes que antaño era el primero del año para los búlgaros: "mart". Cuando se ve la primera cigüeña que regresa después de su ausencia invernal, anunciando así la llegada de la primavera, el adorno se ata a una rama de árbol, como para dar la bienvenida a la primavera, o como invitación a una rica cosecha. Desde el origen de esta costumbre, oculto tras siglos y siglos, han nacido varias leyendas, perpetuadas por el folclore búlgaro en los cuentos y cantos populares. La más antigua abarca una parte importante de la identidad del pueblo y resucita los magnos ancestros de mediados del siglo VII d.C.

  ... En aquellos tiempos el kan Kubrat había logrado reunir y regir varias tribus de búlgaros, creando así en su tierra natal una poderosa Gran Bulgaria en las vastas estepas, entre los ríos Dniéper y Volga. En su larga vida conoció muchas victorias en las luchas con las tribus enemigas y su reinado tuvo el reconocimiento de Bizancio. Sintiendo que sus fuerzas poco a poco languidecían después de largos años en el mando del estado, reunió a sus cinco jóvenes hijos.  
‒ Pronto nuestra patria necesitará un nuevo caudillo. Uno de vosotros, el más valiente y el más fuerte, guiará su destino les dijo el kan‒. El que pueda romper estas ramas atadas en una gavilla, tendrá mi bendición.
          Cada uno de los cinco hijos intentó hacerlo, pero por mucha fuerza que tuviera, ninguno consiguió romper el conjunto. El viejo kan se acercó a la gavilla, separó las ramas y sin ninguna dificultad las rompió todas, una tras una.
Ahora habéis visto cuánto vale reunir vuestras fuerzas para que nadie os venza. La fuerza de vuestra unión siempre superará la del más fuerte entre vosotros. Por eso, es mejor romper con nuestra antigua costumbre, según la cual indica que es nuestro deber poner la patria en las manos del hijo más digno y que los demás hijos deben morir para que no se pierda la integridad de lo conseguido. A todos vosotros se os indulta la vida para que suméis vuestra valentía, fuerza y sabiduría, para lograr este objetivo y que siempre juntos defendáis, continuéis y mejoréis lo logrado en nuestra patria.
Por desgracia los hijos no respetaron la voluntad del sabio kan y, poco después de su muerte, el mayor de ellos, Batbayan, se apropió del lugar de su padre y empezó a mandar frente al desacuerdo de sus hermanos. Debido a esto, estos se marcharon lejos de la capital para gobernar en otra parte del estado, cada uno con sus guerreros y tribus. Pronto empezaron las desgracias. Los jázaros eran un pueblo vecino, bélico e intrépido. No tardaron en envidiar a la rica Gran Bulgaria y atacarla.  En pocos años llegaron a subyugar al pueblo ede las estepas búlgaras. Batbayan fue capturado y sometido bajo el mando de los invasores, y su hermana, llamada Ghuba, fue hecha prisionera por el cabecilla de los jázaros debido a su hermosura. Los demás hermanos lograron escapar con un séquito fiel, esperando encontrar una tierra libre donde instalarse. Uno de ellos, Asparugh, partió al oeste, pero antes envió en secreto un fiel mensajero a sus hermanos capturados, para que les llegara la noticia de que si se establecía sano y salvo en tierra libre, les iba a dar un señal: les enviaría su halcón con un hilo blanco atado en la garra para que ellos escaparan y fueran tras él. 
         Asparugh atravesó con sus jinetes vastos espacios sin encontrar la tierra soñada durante mucho tiempo, hasta que llegó a las orillas del bajo curso de Danubio. Allí sintió un escalofrío en su corazón que percibió como una llamada de la tierra. Cuanto más seguía el curso del río, tanto más apreciaba la belleza de la naturaleza del aquel lugar. Era primavera. Cruzó el gran río y se adentró en su ribera derecha, buscando el mejor lugar para construir la capital de su nuevo estado, porque tenía la seguridad de que iba a quedarse para siempre en aquel paraíso. En el año 681 fundó Bulgaria.
 Poco después, conforme a su promesa, ató un hilo blanco a su halcón y le mandó que volara a su antigua patria y encontrara a su hermano mayor para darle la buena noticia de la creación de la nueva Bulgaria, donde Batbayan y Ghuba ya eran esperados. No fue fácil para estos escapar. Además, los esperaba un largo camino lleno de peligros. A pesar de todo, los dos pudieron llegar hasta el río Danubio, aunque perseguidos por el enemigo. Justo antes de cruzar el río, los jázaros hirieron a Batbayan. Su sangre manchó el hilo blanco de la garra del halcón. Debido a su herida, el hermano no pudo retener al ave. Una vez suelto, el halcón voló en busca de su dueño. Cuando vio el hilo blanco con la mancha de sangre en la garra, el kan Asparugh comprendió que sus hermanos estaban en peligro y en seguida partió en su ayuda con los más valientes guerreros de su tribu. Poco después encontró a sus hermanos y, tras luchar con valentía junto a sus hombres, pudo vencer a los perseguidores.
De regreso a su tierra, tomó el hilo blanco con la mitad manchada de sangre, lo dobló y ató sus dos extremidades enrollándolas entre sí. Cortó el conjunto de hilo blanco y rojo en dos partes cortas y colgó una a cada uno de sus fieles guerreros. Y les dijo:
Juntos hemos puesto los cimientos de nuestra patria búlgara, tras vencer a nuestros enemigos y superar muchos obstáculos. Esto nos unirá para siempre y nos recordará que unidos siempre somos mucho más fuertes.

Albena Vlaeva.
Rabat, marzo de 2018.
Actividad basada en una leyenda popular.

lunes, 28 de mayo de 2018

«LOS PERSONAJES DE LA NOVELA “TAN TUYO COMO TÚ MUERTE” de EMILI BAYO» por Iman Tanouti


En un mundo tecnológicamente sofisticado, pero antrópicamente primitivo, en la época posmoderna, en la cual la lógica individualista se impone a la vez que promueve la existencia de un individuo narcisista que se repliega en su vida privada y se aparta de todo interés por lo ajeno, nace una multitud de personas, de apariencia normal desde el punto de vista social, pero que esconden un lado oscuro e intrigante.
Así se presentan los personajes de la obra de EMILI BAYO.  En una  sociedad moderna, cuya función cósmica parece ser llevar al hombre hasta sus últimos límites, cabe hacerse la siguiente pregunta; ¿es más feliz este hombre en la sociedad actual en la que vivimos?
Resulta interesante el acercamiento que hace el autor a personajes de diferentes ámbitos, pero que acaban teniendo mucho en común. Partiendo del sargento Abel CLARAMUNT, un personaje que rompe con los tópicos del policía vulgar, de bajo nivel intelectual y pocos valores sociales debido a la naturaleza de su oficio. Aunque el autor ha querido mantener algunos rasgos del “personaje-policía”, para darle más verosimilitud y credibilidad, y nos presenta al sargento CLARAMUNT como asiduo fumador, constantemente cabreado, insistiendo en mantener un lenguaje poco fino, obsequiando a su entorno y al propio lector con insultos y groserías,  detrás está la otra cara del personaje, un gran amante de la ópera y de la poesía, con un buen paladar, culto, intelectual , y muy crítico frente a la sociedad moderna y el declive de los valores morales y sociales. Este personaje malhumorado y con mal genio consigue, sin embargo,  empatizar con el lector, gracias a sus grandes cualidades humanas que vamos descubriendo a medida que avanzan los capítulos.
El personaje de Claramunt es un personaje muy activo que pretende desafiar el tiempo y burlarse de su situación de moribundo. Aun teniendo pocos días o meses delante de él, a causa de una enfermedad terminal, no transmite ningún sentimiento de tristeza o de injusticia divina, salvo en algún momento de reflexión en el que lamenta no poder dejar tras de sí a alguien que llore su muerte o que lleve su nombre. Su actitud es más bien sarcástica y crítica ante la modernidad en tanto que la desviación o la perversión de los principios que constituyen el sustrato de toda sociedad.  Claramunt siente que cada vez está más solo tanto ante la muerte como ante la vida. Y eso exige valor y madurez.
Esta soledad y marginalidad constituyen su denominador común con otro personaje que también está jugueteando con la muerte, y que presenta una interesante profundidad psicológica: es María Asunción, un personaje que oscila entre víctima y culpable.
La desaparición de María Asunción crea la intriga y devuelve a Claramunt las ganas de investigar y salir en su búsqueda como si se tratara de un último acto glorioso de su triste existencia, A través de esa búsqueda vamos descubriendo a una María Asunción de fuerte carácter, fría, metódica, calculadora y maniática. El autor le ha consagrado a este personaje unos capítulos de gran intensidad psicológica gracias  a una brillante y detallada descripción que transmite la angustia de la protagonista y la lleva hasta el límite de sus fuerzas, poniendo a prueba, en cada capítulo, su fuerza de voluntad. En esa lucha por sobrevivir, podemos ver cómo el autor saca todo el lado primitivo, instintivo y animal del ser humano que lucha para agarrarse a la vida. A través de la investigación, como de los propios pensamientos y los recuerdos del personaje, entendemos que María Asunción es una persona solitaria, muy introvertida y ordenada, su único verdadero vínculo con la vida social es Elia, un personaje víctima-verdugo.
Elia es el personaje que intriga, emociona, y engaña. Compañera sentimental de María Asunción, el narrador la presenta como una persona muy frágil, torturada y supuestamente víctima de un acoso sexual que le ha causado un gran trastorno emocional y psicológico. Sus únicas apariciones en la novela tienen lugar en una clínica psiquiátrica y, al final de la novela, en el lugar del suicidio de María Asunción. Este personaje, aparentemente plano y poco activo, desempeña un gran papel en el desarrollo de los acontecimientos de la novela. El personaje de Elia termina por revelarse manipulador y egoísta, inteligente y maquiavélico.
A partir de estos personajes, que parten de puntos opuestos, pero que acaban coincidiendo, vamos descubriendo una sociedad tramposa, de falsas apariencias, donde el ser humano no acaba de encontrar su sitio, se siente desprotegido, solo e inseguro. Es el caso de María Asunción que, una vez que se le permite volver a su vida de antes, siente pánico después de haberse convencido de que valía la pena dejar de ser quien era, refugiarse y apartarse de la sociedad y de la gente. El autor hace un paralelismo entre la vida en una sociedad moderna y la vida en un sótano, y lo más curioso es que probablemente la soledad del sótano resulta más cómoda y soportable para María Asunción que la de la sociedad donde vivía.
Contamos también con el caso de Damián, psicólogo y experto en apoyo al paciente en un hospital, torturado y frustrado por la pérdida de sus seres queridos. Es esta una perdida muy dolorosa que no ha conseguido superar y que se traduce en actos extraños tal como el secuestro de María Asunción.
Todos estos personajes pueden pasar desapercibidos en la sociedad, tienen una situación económica estable o bastante buena, lo cual  descarta claramente que el problema se engendre en las dificultades económicas. Algunos de ellos desempeñan un papel importante en la sociedad, como es el caso de Santiago Laurel, profesor exitoso y carismático, pero que esconde un lado más pervertido, machista y violento.
A través del conductismo de los personajes, el autor nos desvela hasta qué punto el subconsciente del ser humano puede traicionarlo y conducirlo hasta hacerle perder el control de sus actos y pensamientos, permitiendo así que emerjan a la superficie, desde lo más profundo de su alma, unos comportamientos tan primitivos y salvajes que contrastan claramente con su estatuto de hombre moderno y civilizado.
Ante estos personajes sombríos, enmascarados y deprimidos, surge el de Azucena, que el autor utiliza para adornar la novela y darle un poco de optimismo. El personaje de Azucena representa todo lo positivo, lo auténtico, la esperanza, la vida, la pureza. Este personaje consigue mantener el equilibrio entre un mundo moderno y sus consecuencias, de las que no se salva (errores gramaticales a la hora de redactar los informes, desinterés por la cultura…) y un mundo tradicional donde la familia todavía es sagrada, y donde todos conviven en una misma casa. Azucena es una especie de superviviente en una isla infestada, consigue utilizar todo lo positivo de la sociedad moderna, pero sin renunciar a lo tradicional, pues, al contrario de la gente de su edad, prefiere seguir viviendo en la casa familiar y no entiende por qué tendría que instalarse por su propia cuenta aun siendo profesional y económicamente independiente.
Inmune al mal humor del sargento Claramunt, tiene la gran capacidad de levantarle el ánimo incluso en los momentos más difíciles. Juntos forman una pareja atípica, pero que acaba siendo perfecta, con conversaciones ocurrentes y divertidas  y también algún que otro momento de ternura.
Para concluir, cabe reconocer que, a través de estos personajes, el autor, con un fondo de intriga policial, profundiza más en las realidades humanas complicadas que en el moralismo fatalista, dejando así de lado los falsos discursos y los prejuicios innecesarios.

Iman Tanouti.
Rabat, 15 de mayo de 2018.
Reseña de la novela Tan tuyo como tu nombre de Emili Bayo.

lunes, 21 de mayo de 2018

«EL ROMÁNTICO ECLIPSE» de FATIMA EZZEHAR


(Después una ausencia de muchos meses provocando la separación involuntaria de una pareja… Un día, se produce el encuentro inesperado).

(Adamo rebosante de sentimiento y de añoranza):

De lejos te conozco y mi corazón salta,
querida, el perfume de tu piel me resucita.
con la distancia, cada día en mí tu amor crecía,
Sin piedad, la furia de los vientos
me azotaba, atizaba mis sentimientos.

(Clemencia, entre el sueño y la realidad, replicó):
Tanto te he deseado, tanto te he esperado,
arrinconada, a lo lejos, bajo la luna roja,  
desde mi fondo herido, me quejo de mi propia sombra.
Querido, tu regreso me parecía imposible:
cuando pensaba en ti, me sentía triste.

(Adamo contento y abrazando a Clemencia):
Sea bienvenido el romántico eclipse,
el destino agraciado nos ha unido,
como el sol a la luna abraza cariñosamente.

Fatima Ezzehar.
Rabat, 10 de febrero de 2018.

domingo, 6 de mayo de 2018

«UN DIA ANGELICAL» de BELKACEM KARKOUR



El día de la presentación de mi tesis doctoral, me levanté a eso de las cinco de la madrugada. Al principio, el timbre del despertador me acarició el cerebro y luego, de golpe, me tiró de las meninges. Me arranco de mi pesadilla en la que me veía como si fuera un cordero rodeado de lobos feroces. Me puse de pie de un salto, como en el servicio militar cuando la trompeta matinal se hacía oír en todo el cuartel. Al despertar, me dije: «Menos mal que era solo una pesadilla». En ese momento me di cuenta de que era “el día del mi juicio”.
Ocho años de carrera universitaria iban a desfilar durante solo cuarenta minutos delante de una comisión examinadora. Y yo iba a exprimir y extraer todo el jugo de conocimiento que había cosechado. Me dispuse a salir después de haber tomado un café solo para animarme porque mi estómago rechazaba cualquier alimento a causa del mal sueño que había tenido, pues apenas había dormido cuatro horas, y porque todo me parecía un medicamento amargo y venenoso. Antes, recogí mis documentos para revisar. Tenía la impresión de que todo lo que había estudiado, tanto los datos de investigación como el idioma en que iba a hablar, se había ahogado en un mar profundo y sentía que yo había perdido la aptitud de zambullirme en aquel mar tan profundo del cual debía sacar todo lo perdido.
Ya eran las seis de la mañana y aún no había empezado a revisar, aunque solo quedaban tres horas para la presentación. Primero pensé que debía ir bien vestido y afeitado porque la primera y buena impresión es la que cuenta y la más importante. Al mirarme en el espejo, vi mi reflejo, el cual no se parecía en nada a mí. El tipo del espejo tenía una cara pálida, algunas arrugas rodeaban sus ojos. Tenía aspecto de ser una persona que nunca había dormido. Los signos de miedo y de nervosidad resaltaban en aquel rostro. Me dije: «Esa persona no soy yo. Yo soy más valiente, no tengo miedo de nada ni tampoco me pongo nervioso cuando debo enfrentarme a la gente en el momento de presentar la obra de mi tesis». Durante tres meses había estudiado y ensayado casi todas las técnicas posibles acerca de cómo presentar, saludar e incluso cómo hablar con seguridad…
Entonces me puse guapo. Recogí mis documentos y me fui al anfiteatro donde debía ser el evento. Entré con soltura por la puerta principal para sentirme la persona importante que la gente esperaba. Mi jefe de estudios y unos compañeros míos estaban allí esperándome para ayudarme a poner en orden mis ideas y a darles el toque final. De vez en cuando me alentaban y me animaban transmitiéndome un sentimiento de fuerza. Me sentía como si me fuera a la guerra de los Cien Años. Tenía la sensación de que me estaban cargando con las armas más sofisticadas para afrontar al enemigo. Me sentía pesado. Solo que no me sentía con fuerza para cargar con todo aquel peso.
Una media hora antes de la presentación, comenzaron a entrar las primeras personas de la audiencia. En ese momento, mis piernas se volvieron flojas, la sangre me subió al cerebro y me vació el corazón, que a su vez empezó a latir violentamente. Sentía una tensión arterial intensa. Me hubiera gustado que el suelo se hubiera abierto y haberme hundido en el agujero. A medida que la hora de mi desgracia o mi fortuna se acercaba, sentía que ascendía a las nubes y que olvidaba todo lo que había preparado. No veía nada en la sala. Mi memoria cayó en un vacío negro. Mis gestos y mis pensamientos no me pertenecían.
De pronto, desfiló en mi mente la cara del reflejo que había visto en el espejo en el momento de despertarme. Pensé que tal vez el personaje que representaba esa cara fuera más valiente que yo delante de un auditorio ya lleno de gente. Entonces, recogí del suelo mi memoria y mi valentía. Me cargué de energía y me armé de coraje cuando vi entrar a los miembros de la comisión de evaluación. Al principio, los miré uno a uno. Me di cuenta de que no reconocía a nadie, aunque estaba acostumbrado a esas caras. Me parecía que eran frías y que me miraban con ojos sin luz y sin piedad, como si fueran a pronunciar una sentencia a muerte en la horca.
Los miembros de la comisión empezaron a cuchichear entre ellos. De pronto, el reflejo del espejo me dijo: «Ahora es el momento de ser poderoso y de invadir a la audiencia con tus armas. No dejes que esos miembros de la comisión te den la palabra. Hazles sentir que eres el jefe del evento. «Pero ¿cómo hacerlo si ellos son mis profesores y directores de estudios», le respondí yo al reflejo. De pronto, tuve una idea. Esa idea seguramente me había sido transmitida por un ángel. Primero, me hice el indiferente, luego di unos toquecitos sobre la pizarra con la punta de una batuta que tenía para llamar la atención. Todos los presentes se callaron poco a poco. Un silencio infernal inundó la sala. Un silencio asesino empezó a hacer ruido. Me sentí como si fuese a gobernar un reino y fuera un rey que había olvidado su mandato.
Inesperadamente vi a mi novia entrar por la puerta delantera y me hizo un guiño amoroso. Sentí entonces un par de alas que me sostenían y que me invitaban a volar por el entusiasmo que me procuraba su presencia.
Me dije: «Ahora no puedo fallar. Voy a mostrar lo caballero que he sido y lo caballero que seré. A continuación, como si llevara una varita de mago me atreví a presentarme yo mismo y a anunciar el título de mi investigación. No me percaté de cuándo empecé ni de cuándo acabé, hasta que irrumpir un trueno de aplausos. Volví a la razón y recobré la memoria cuando mi novia vino corriendo a felicitarme y me abrazó. Después , durante un buen rato tuve que responder a un gran oleaje de preguntas y críticas del jurado. Como si aquellas olas no bastaran, empezaron a dispararme con reflexiones y observaciones insignificantes. Pero yo estaba rígido y me defendía con rigor, dirigiéndome directamente a la respuesta que suponía correcta y tomando de vez en cuando el aire que me faltaba. No sabía cuándo acabaría aquella agotadora tortura. Estaba a punto de desmayarme cuando el jurado se levantó y se retiró a otra sala para la deliberación.

BELKACEM KARKOUR
Rabat, 28 de abril de 2018
Actividad de escritura basada en el motivo de la historia de “Mi primer concierto” de Felisberto Hernández.

«MEMORIAS DE RUSIA» de MANUEL ARCE: LECTURA E IMPRESIONES de RKIA OKMENNI.


Es la primera vez que llega a mi conocimiento el drama humano de los 3500 niños españoles que vivieron un exilio forzoso, y eso ha sido gracias a la lectura del libro: «Memorias de Rusia, vivencias de un ‘niño de la guerra'» escrito por Manuel ARCE. Todos esos niños fueron evacuados, en principio, temporalmente a Rusia, durante la Guerra Civil Española, en 1937. Entre ellos, el autor Manuel Arce, que nació en el 23 de marzo de 1929 en Oña (Burgos). Él fue enviado en aquel barco con solo 8 años junto a su hermano César, de doce. Volvió a España 30 años después.


Estos niños, cuya edad oscilaba entre los dos años y los dieciséis al llegar a distintos internados o «Casas de niños españoles» de diferentes ciudades soviéticas, vivieron diversas y duras pruebas: la separación de sus familias, el exilio, el hambre, el peligro, el frío, las enfermedades, la guerra y muchas más calamidades. Y en su libro, el autor lo cuenta con mucha delicadeza y arte, para desdramatizarlo e impactar lo menos posible al lector.

Lo primero que se observa es que Manuel Arce escribe sus memorias casi sin detenerse en su propio drama y sufrimiento, que siempre menciona con muy pocas palabras o muy de pasada, haciendo uso de un estilo muy conciso que relativiza cualquier hecho personal, como vemos, por ejemplo, al final del episodio «EL TRANVIA» cuando dice: «El 1 de octubre de 1943, cuando me dirigía al trabajo colgado, como siempre de un lateral del tranvía, éste descarriló y chocó con el tranvía que venía en dirección contraria, masacrando a un montón de gente, entre ellos a mí. Unos pagaron con la vida y yo perdí las dos piernas».


A lo largo de la lectura de las memorias de Manuel Arce destaca la actitud luchadora de una persona que jamás se rinde. Una persona que ansía vivir y que, a pesar de las muchas dificultades, consigue acabar primero sus estudios de enseñanza media, y luego los de medicina en Moscú, para especializarse finalmente en radioneurocirugía. Tiempo después incluso se dedicó a la odontología.


Cabe resaltar también que en estas memorias el autor es una persona humilde, humana, con un gran sentido de la responsabilidad y lleno de gratitud hacia el país de acogida y hacia los rusos. Lo resume y lo describe muy bien esta frase de Manuel Arce cuando dice: «Los españoles en Rusia somos muy queridos hasta hoy. Por las circunstancias dramáticas en que llegamos, por nuestra manera de ser y porque, en general, nos comportamos como personas dignas y honestas. Al estallar la II Guerra Mundial los españoles emigrados a la URSS, tanto los 'mayores' como muchos de los 'niños' con apenas 16 ó 17 años, lucharon en el frente hombro con hombro con los rusos, cayeron en combate defendiendo el país que los acogió, compartieron con los rusos los buenos y malos momentos...».

Durante nuestros amplios comentarios del libro en el Taller con Ester, fuimos testigos de momentos de verdadero y palpable dolor más allá de lo soportable por parte del ser humano, pero también lo fuimos de otros más anecdóticos y casi cómicos gracias al ingenio del autor a la hora de compartir las vivencias de los niños españoles de Rusia con el lector que nos cuenta sencillamente y sin ningún artificio. Así es, Manuel Arce siempre narra con mucho desenfado los brutales acontecimientos vividos, aliñándolos con una pizca de humor, y de este modo nos hace más cercano al niño Manuel que sigue viviendo dentro del adulto. Por esta razón, muchas situaciones y pruebas que vivieron los niños, pueden ser calificadas de «divertidas» si las arrancamos del cruel contexto en que tuvieron lugar. Y por citar algunos de esos episodios, quisiera aludir a «Ladrones de huevos», «Los piojos y las chinches», «Los camellos», «El sastre judío, la cabra y las peladuras de patatas », «Las ranas», «Las ratas» y otras muchas más historias vividas, reales, donde se descubre la imaginación, el ingenio, la creatividad que desarrollaron estos niños que se vieron enfrentados, a pesar de su edad, a unas duras condiciones de vida que, en gran parte, pudieron superar gracias a su instinto y su coraje. Además, el hambre hacía que pillaran y comieran cualquier alimento para sobrevivir. Y se comían hasta los gatos de los alrededores.


Por otra parte, tanto el niño Manuel como sus amigos fueron testigos de muchos eventos y acontecimientos a lo largo de su estancia en la casa de niños, como lo fue la Segunda Guerra Mundial, cuando los rusos tuvieron que trasladarlos de un sitio a otro para asegurar su bienestar y protección. Este país les proporcionó también una educación y una formación respetando al mismo tiempo su identidad española: al principio de su estancia en el país, pudieron beneficiarse de una enseñanza en lengua española y estudiar la historia de su país. Lo destaca esta frase del autor cuando escribe más adelante en «La realidad de la situación» y que me resulta muy emocionante como demostración de cariño hacia los rusos que les acogieron y salvaguardaron incluso en los periodos de guerra y de penurias: «…No había mucho que ofrecer pero, dentro de lo que había, a los españoles siempre nos dieron lo mejor que tenían, compartieron con nosotros el último trozo de pan.»

Las memorias de Rusia relatan con sinceridad, lealtad e inmenso compromiso, un recorrido impresionante, conmovedor, desgarrador, enternecedor… Y a mí me faltan más y más adjetivos para describir el impacto y todos los sentimientos que estas “vivencias de Rusia” han provocado dentro de mí. Celebro de todo corazón que el autor las haya dedicado a su hermano mayor, César, que falleció en Rusia tras luchar en la guerra, así como a todos los niños españoles de Rusia.


Para mí, Manuel Arce es un héroe excepcional oculto en la sombra. Y yo aplaudo con mucho respeto su ánimo y su empeño y esfuerzos por:


-          Lograr constituir una lista con los nombres de «los niños españoles de Rusia» fallecidos en la guerra o por cualquier otra razón.

-          Crear «La Fundación Nostalgia».

-          Combatir para atenuar las consecuencias de este drama humano cuyas dimensiones siguen extendiéndose en el tiempo para los que se han quedado en Rusia, como lo aclara la frase siguiente: «Después de cuatro años de gestiones en el Congreso de los Diputados al fin consiguió que los españoles que quedan en Rusia cobren 500 euros al mes y puedan disfrutar de un viaje gratis al año a España con el Inserso.»

Y evidentemente, por haber concluido sus memorias en 2009, haberlas publicado y haberlas sacado a la luz para compartirlas. No habrá sido nada fácil pasar por tan duras pruebas, prevalecer y poder contarlas.


Una verdadera lección de vida.


Gracias al autor y gracias a María, su compañera de camino.


 

Rkia Okmenni

Rabat, febrero de 2018

Mi lectura de «Memorias de Rusia, vivencias de un ‘niño de la guerra'» escrito por Manuel ARCE.


sábado, 5 de mayo de 2018

"EL DESEO" de JIHANE ZOUARY

Espero que nunca seas normal. 
Que no hagan de ti una más.
Que seas tan fuerte que,
después de toda una vida 
pensando que ibas 
de derrota en derrota,
te des cuenta de que,
al final,
ganaste tú.

Jihane Zouari
Rabat, abril de 2018.

«VEINTE AÑOS, HIJO», BAHIA OMARI

    Lloro sin cortar cebollas, pero oigo la fluidez de las lágrimas, lágrimas por el dolor que alcanza siempre mi corazón, mi alma; un...

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Cantando los versos de José Martí.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Iman y Anastasio recitando a Mario Benedetti. Mohammed a la guitarra.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Manal, Ahlam y Assia recitando a Oliverio Girondo.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Rkia recitando a Delmira Agustini

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Bahia recitando a Alfonsina Storni.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Laura & Mohamed y Mohamed & Laura cantando a Alfonsina Storni.

Ensayando para el Día E junio 2015

Ensayando para el Día E junio 2015
Grupo del Taller de Lectura y escritura 2015

Recital 18 de junio de 2016

Recital 18 de junio de 2016
21.00 Instituto Cervantes de Rabat

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015, 19.00 -INSTITUTO CERVANTES DE RABAT -

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Rabat, 24 de abril de 2015.

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014
Recital "A orillas del Bu Regreg 2014"