TALLER DE ESCRITURA "A ORILLAS DEL BU REGREG" DEL INSTITUTO CERVANTES DE RABAT

Bienvenidos a «A orillas del Bu Regreg», el blog de los integrantes del Taller de lectura y escritura creativa, un curso especial que realizamos desde hace doce años en el Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos).

En este espacio damos a conocer los cuentos, poemas y otros ejercicios de escritura que se proponen en clase y que realizan nuestros alumnos, aunque también publicamos colaboraciones de nuestros lectores.

Muchas gracias por leernos y por compartir vuestras opiniones.
Ester Rabasco Macías (profesora del Taller)

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viernes, 11 de diciembre de 2020

"UNA SONRISA EN LA CALLE", AZZEDDINE HALLOUL (Invitado)

 


Éramos dos amigos. Íbamos caminando cuando una hermosa joven pasó frente a nosotros y nos dedicó una amplia y bonita sonrisa. Yo también sonreí. Seguí sonriendo durante todo nuestro paseo. Mi mente se quedó confusa. No dejaba de preguntarme a quién le estaba sonriendo, a mí o a mi amigo. 

Otro día, nos encontramos con ella por casualidad. Entonces mi corazón comenzó a latir intensamente. Una vez más, nos dedicó la misma sonrisa alegre y graciosa. Me sentí muy feliz.  Desde ese momento, no dejé de pensar en ella, a veces con alegría y a veces al borde de las lágrimas. Quería preguntarle a mi amigo si creía que las sonrisas eran para él, pero no me atreví a hacerlo. Era irracional. Yo estaba empezando a tener celos de él. Entonces, mi corazón me dijo que tenía que buscar a la joven para tenerlo claro.
El destino feliz quiso que nos encontráramos con ella por tercera vez. Sofocado por mis propias emociones, le expresé mi sentimiento de amor y me atreví a preguntarle a quién le sonreía. Su respuesta fue divina. Ella me susurró: “Desde el principio, te sonrío a ti, moreno mío”.


Azzeddine Halloul (Colaboración, alumno de B1.1)

NB: Texto inspirado en una canción del cantante egipcio Abdelhalim Hafez. Agradezco a mi profesora de español por su disponibilidad y su ayuda pedagógica. Ella me alienta a seguir estudiando la lengua española y la cultura del mundo hispánico.

viernes, 19 de junio de 2020

«SUEÑO» DE MARIA EL KANNASSI


Me rozan recuerdos
que se pierden en mi camino
como el polvo en el aire.

Aparecen sonrisas
que se disipan infinitamente
en profundidades glaucas sin fondo.

Me agota la búsqueda de los colores
incesantemente difusos de estas mañanas
que sobrepaso y borro tan a menudo.

Me hacen reír estos días
tan cortos y tan rápidamente lejanos
como el placer por el abrazo de un amante.

Retengo muy mal mis suspiros
esgrimiendo el reverso de mi mano
al rememorar algunas imágenes… algunos fragmentos.

Pensaba que era tan fácil irse,
viajar sin reflexionar, sin frenos,
a lo largo de este libro abierto… envejecido.

Ojalá pueda un día desvanecerme,
corazón ligero y sereno,
emprender la senda de un Dios bondadoso.

María El Kannassi
Actividad libre
Alumna del Taller de Lectura y Escritura de Rabat (2019-2020)

«ALUCINACIÓN», MARIA EL KANNASSI



Estoy aquí, paciente,
asomada a los contornos deseados de tus labios,
al acecho del sabor delicado y exquisito
de las palabras que se escapan en un soplo
tierno y suave
del burlón rictus de tu boca.

Estoy aquí, inconsciente,
al acecho de las palabras que nunca pronunciarás,
de la menor blasfemia
que me puede incrustar para siempre entre tus brazos.

Soy la caléndula marchita al borde de tu sendero,
pisada por tus despiadados pasos,
ciegos, interminables… indiferentes.

Naufrago en la imagen versátil de tu sombra,
para acompañarte,
para parecer tuya,
aunque nunca puedo...
… ser tuya.

Esfuerzos vanos
son los que hago desesperadamente
para lucir en tu cielo,
y para acoplar nuestros cuerpos
sedientos el uno del otro.

Estoy aquí, esperando,
con esta esperanza inmortal
y este frágil equilibrio
que me pasea entre la razón y la locura.
Esperando,
hasta que la mueca se vuelva sonrisa…
… hasta que yo me disipe con tu espejismo.

María El Kannassi
Actividad libre
Alumna del Taller de Lectura y Escritura de Rabat (2019-2020)

«EL GRITO SILENCIOSO», FÁTIMA EZZEHAR


Una llamada a la puerta,                                               
alguien espera mi respuesta.
 En la entrada, un hombre me asombra,
de aspecto alto vestido con largo abrigo,
con sombrero de copa y gafas negras,
en su mano una rama de flores amarillas.
Por  una mirada inquisidora, le dije:
-Dígame usted, ¿qué desearía?
Me contempla, sonríe tímidamente,
balbuciendo excusas, responde:
-Busco a una mujer, el sueño de mi vida,
su rostro, usualmente ronda mi alma.
Contesto yo:
-Lo siento señor, se ha equivocado de dirección;
 pero ¿Quién es usted? Dígame, si no es molestia.
-Ya estoy dentro de tu mirada,
 por tus ojos brillantes obtendrás la respuesta,
querida, no me dejes en la puerta.
-¡Oh! Está demasiado seguro de sí mismo,
aunque esté disfrazado.
Con tono más cierto, se quita sus gafas diciendo:
Amor mío! Soy el maestro de la guitarra,
¿Has olvidado mi canción, mi palabra?
¿Y el río donde dejamos deseos y obra?
- Mientras lo miro Yo, callo sorprendida,
La realidad está aquí, revelada.
¡Dios mío!  ¿Cómo osas?
Tú, que fuiste mi amor;
infiel amor, fuente de dolor,
qué desencanto tu reaparición,
 muy grande fue tu traición,
muy fuerte fue la decepción;
ahora estás aquí, ante mí inclinado.
-Amor mío, por mi error ando vencido,
déjame presentarte mis disculpas,
la añoranza me quema las venas,
 el eco de tu voz me viene de lejos,
es un verdadero amor sin fronteras;
ante tus miradas, estremezco
por alegría, por arrepentimiento;
querida, ahora no es como antes,
quiero abrazarte en silencio
atendiendo a latidos de tu corazón.
-Tú, que fuiste mi amor:
Ahora no es como antes,
ahora es demasiado tarde,
el tiempo pasó como un torrente,
sin piedad, causando un terrible daño;
maldito tiempo, maldito recuerdo.
Sí, recuerdo aquel día:
Te había puesto una mesa prestigiosa,
y reservado un ambiente majestuoso,
todos los honores te les habían realizado
con atención, amor y sumo cuidado.
Maldito día de la mujer, maldita mentira;
te esperaba, con gran amor te esperaba
Y, fue larguísima la esperanza.
El temor me torció el corazón. Salí.
De repente en la orilla del río te vi,
amor de mi vida, hombre de guitarra, ahí,
en el barco calurosamente abrazando a otra:
Otra mujer, otra canción, otra palabra…
El frío de la nieve me quema la espalda,
La monstruosidad del engaño me arroja
como hoja de otoño marchita. 
Regreso huyendo, tropezando con mis pasos,
el corazón desollado, los ojos lacrimosos.
Ante la mesa decorada, pierdo la razón;
de mi fondo ensangrentado brota,
por orgullo, un grito silencioso;
temblada, echo el mantel al suelo;
me desplomo, hundida en el llanto.
Todo se derrumbó. Todo se acabó.
El desastre tranquiliza mi alma.
Hace tiempos, días, noches y meses…
Sí, me acuerdo;
Ahora, pero ahora no es como antes.
No me importa tu provincia ni tu destino,
ni tu declaración acerca de otros tiempos.
El grito silencioso me resucita,
tu abandono me ofreció renacimiento,
más sensatez, más experimento.
“Tu amor”, entre paréntesis, se esfumó.
Todo se convirtió en poema maldito.
Levántate, no te arrodilles,
no me gustan los hombres débiles.
Más allá, sobre las nubes oscuras,
la serenidad del cielo inspira…

Fátima Ezzehar
Actividad libre.
Rabat, 8 de marzo de 2019.




viernes, 15 de mayo de 2020

«INSPIRACIÓN», IMAN TANOUTI


Encendió su ordenador aletargada, todo estaba manso y calmoso, y detrás de las ventanas el sol se estaba despidiendo tímidamente con la promesa de otro nuevo día manso y calmoso, pues había elegido aislarse en este lugar apartado de la ciudad con la esperanza de recobrar la inspiración extraviada en alguna clínica dental, en algún bar de tapas, en algún vagón de tren… Así llevaba tres meses encendiendo su ordenador entumecida, mirando vagamente alrededor en busca de algún detalle, algún mensaje secreto, alguna señal, pero en vano, Él no había dado ninguna señal desde la última vez que…,  se quedó un buen rato mirando la luz blanca de la pantalla como intentando atravesarla, con la esperanza tal vez de que alguien se le asomase por el otro lado, alguna señal de vida, “¡vida!”, se repitió por dentro “¿pero qué vida?”  ¿Dónde andará…? Me había prometido….
La píldora mágica que obraba el prodigio cada noche estaba sobre la mesita del ordenador, pero todavía era temprano y Él podría manifestarse en cualquier momento porque era imprevisible y caprichoso, “a veces hasta muy juguetón”, pensó con una sonrisa dibujada en los labios.
Le hubiera gustado soñar ese primer capítulo, escribirlo bajo hipnosis. Llevarlo a la cama dentro de la cabeza como se lleva una ofrenda a una diosa, para ver si lograba que atravesaran juntos la frontera de la vigilia ¿Acaso no fue así como ocurrió con el otro libro?, pero los guardianes de los sueños lo impedirían y lo detectarían con comodidad aún bajo el efecto de sus maravillosas píldoras.
Recorrió el saloncito con la mirada hasta que sus ojos toparon con un libro, en la portada se veían dos caras entremezcladas; el diseño se lo había regalado un amigo artista con poca gloria y mucho talento “El talento no siempre se recompensa como es debido”, pensó tristemente, “será mi regalo para tu nuevo libro, seguro que va a ser un best seller”.
Y así fue, un best seller seguido de muchas horas de entrevistas, dedicatorias, encuentros, tomas de fotos para revistas de todo tipo, hasta para la prensa del corazón, su figura estaba en todos lados. Una mañana se levantó y su cara estaba en todas las bocas del metro.
Pero esa gloria no era fruto de su esfuerzo y su trabajo, y ella lo sabía muy bien, Él había contribuido ampliamente a ese éxito, se lo había ofrecido en bandeja, sólo tenía que hacer el esfuerzo de escribir las palabras que caían suavemente en su oído como caen las hojas del otoño, ejercer de secretaria y recibir el trofeo.
Se dirigió nuevamente a la pantalla del ordenador como advertida por alguna presencia, alguna esencia… “¡Hola!”, saltó de su silla, “¿hola…?”
Se apartó bruscamente de la mesa del ordenador y empezó a dar vueltas histéricas por el saloncito como una poseída. Abrió la venta de par en par, sin importarle el frío que aún hería las noches, pese a que el fin del otoño se anunciaba ya. Agachó la cabeza procurando desembotarse, levantó la mirada y una luna blanca y redonda con un bebé en brazos le devolvió la mirada tiernamente.
Se acercó al tocadiscos en busca de refuerzos, dio riendas sueltas a la orquesta filarmónica de Múnich: bolero de Ravel; intensificó el volumen en un intento absurdo de invadir sonoramente el espacio sin dejar un hueco libre, con el propósito de desarmar el pensamiento. Sin razón clara y repentinamente, sacó su agenda del bolso y consultó su calendario semanal, el martes a las tres cita con la editorial, el miércoles por la mañana ¿cita con el pediatra...? ¿Pero qué pediatra y por qué razón?” Si yo no tengo hijos, ¿para qué iría al pediatra? Unos llantos repentinos y lejanos atravesaron sus oídos como rozándolos, pensó en buscar el número de la consulta pero era tarde para llamar, tendría que esperar hasta la mañana siguiente para averiguar el motivo de su cita. Una sensación de pinchazo en el pecho izquierdo la sacudió y de repente empezó a sentir un hinchazón en los pechos con un fuerte dolor, se acercó al baño y se quitó la camiseta, no era de llevar sujetadores, le parecían una invención sexista para calmar la libido de ciertos machistas. Se acercó al espejo intentando examinar sus senos y advirtió una transformación portentosa, se palpó suavemente los pechos resistiendo al dolor fuerte que la fustigaba como un relámpago, fue entonces cuando una sustancia amarillenta, densa y viscosa saltó de sus pezones.

Volvió a la mesa del ordenador, afirmó los pies en el suelo, encogió la espalda esperando no se sabe qué o quién, pero no ocurrió nada, solo silencio. La batería se estaba agotando. La pantalla se apagó.
“Zelinsky”, despertó con esa palabra en los labios y una extraña sensación de haber dormido por lo menos tres días. Saltó enérgicamente de la cama, como catapultada, y se acercó a la mesilla del ordenador. Vio la pantalla blanca y una palabra en negrita en el centro: “Zelinsky”:“Y las voces lloran o se lamentan con un gran miedo antiguo, ya conocido por semejanzas increídas, la mañana se abre como un canto, te hieren, tiran de ti, te atenazan, tiran de ti, en plena noche de creación arrancan de ti, con las piernas abiertas piensas en árboles, en colores puros” (1). Sonaban así esas palabras confusas en su mente como un taladro dando golpes a un muro.  Ese primer capítulo todavía se resistía a salir “igual que un feto que te mutila mientras crece en el útero “Él no había aparecido desde la última vez, la que podría haber sido una señal: “Zelinsky”.
Le ha estado dando muchas vueltas, pero más que ayudarla, “Zelinsky” era la placenta que evitaba la penetración de las ideas en su mente, una especie de barrera psicológica que prohíbe el acceso a la imaginación y la inspiración, un gendarme de la creatividad. Tenía la mente en blanco, y las ideas en estado de desbarajuste total.

Se despertó al día siguiente con una fuerte migraña y un malestar provocado por los sofocos de la noche anterior. Unos síntomas que suelen derivar de los cambios hormonales propios de esta etapa de la vida y que se hacían sentir cada vez más. Se tomó su café tranquilamente y se asomó a la ventana en busca de rayos de luz. Un sol primaveral había tenido la delicadeza de aflorar esa mañana compadeciéndose de su estado de ánimo, un poco de calor podría alentarla y desempolvar su mente y sus pensamientos confusos.

Se acercó sigilosamente a la mesilla del ordenador como un gato se acerca a explorar un objeto desconocido: “la muchacha apretaba con todas sus fuerzas el peluche sucio que le servía de alivio, ya no tenía edad para jugar con peluches, pero tampoco tenía edad para tan enorme responsabilidad, ¿y qué dirían en el pueblo? Sus pensamientos aún infantiles la devolvieron a la niñez desgraciada y triste, pero con algún que otro momento de ternura:

Duerme niña, duerme
El padre guarda las ovejas
La madre sacude los arbustos
para que caigan bonitos sueños
Duerme niña, duerme.  (2)

Saltó al oír llamar a la puerta, era Ahmed, el guardia, el que le hace las compras y le sirve de vínculo con el mundo exterior: “Señora, se me está muriendo la perrita, está dando a luz pero parece que algo va mal ¿Podría usted llamar a algún veterinario?”
Consultó su teléfono en busca de ayuda, pues se había percatado de la angustia de Ahmed, del miedo que relucía en sus ojos de mirada habitualmente inmutable e inexpresiva. El veterinario del pueblo tardaría al menos treinta y cinco minutos, no se sabía si el pobre animal podría aguantar, de todos modos habría que intentarlo. Ahmed dibujaba un vaivén con su silueta flaca en el porche de la casa, de vez en cuando echaba la cabeza hacia donde estaba la madre sufriente, pero no se atrevía a aproximarse mucho a ella por miedo o por pena. De vez en cuando se acercaba a la pista polvorienta buscando desesperadamente alguna señal de esperanza.
El veterinario llegó una hora más tarde: “tras la expulsión de los cachorros se produjo una hemorragia de sangre demasiado cuantiosa, la cual ha provocado una parada cardíaca de la madre, lo siento”.
Ahmed se quedó mirando los cachorros por un lado y la madre muerta por el otro. Su pena era tan grande que no le cabía en la cara. Sus sollozos eran igual al de un niño que ha perdido su juguete más preciado, ni siquiera la presencia de los cachorritos pudo aliviar ese dolor repentino e impredecible.
El dolor es un sentimiento extraño y misterioso, te alcanza hasta tus entrañas más profundas atravesando todos los obstáculos que nos procura la naturaleza, se infiltra en tu sangre y se te sube a la cabeza, se expande tan rápidamente por todo tu ser hasta dejarte vacío, extenuado.
No pudo dormir esa noche, las píldoras mágicas habían sido infectadas también del virus del dolor, pensó en encender el ordenador y sentarse a escribir algo, unas palabras le saltaron de repente a la cara “la muchacha sollozaba en silencio acariciando inconscientemente su barriguita todavía plana e infantil, ingenuamente se puso a imaginar cómo sería Él, redondito y con los pomelos rojos, el pelo negrito y suave, las manitas chiquititas, el apetito despierto constantemente. Esos pensamientos la reconfortaron y la calmaron por un instante, hasta que se le asomó la cara de su padre y la ilusión se derrumbó…
Se levantó al alba con la intención de tomar una decisión, ¿pero cómo puede un ser tan frágil e indefenso tomar decisiones? ¿Cómo puede un cerebro todavía en vía de crecimiento distinguir entre el bien y el mal, entre el error y el buen camino? ¿Cómo puede una cosa así cambiar en días la dulce mirada verde en unos ojos tristes y ojerosos, y la sonrisa deliciosa en un rostro triste y sombrío?”
“¿Qué hago con los cachorritos señora? “Pues igual puedes criarlos tú, Ahmed, no sé, podrías darles tú de comer”. “Esas crías necesitan una madre, señora, hay que encontrarles una hembra de adopción”. “Veré lo que puedo hacer, Ahmed, llamaré al veterinario a ver si puede ayudar”.
El día había despertado sereno y suave, el silencio alternaba armoniosamente con el escuadrón de plumas recién llegadas de tierras lejanas aportando un poco de paz y serenidad entre sus alas. Pero alguien, en algún lugar, en algún tiempo, no podía disfrutar de esa armonía, de esa paz: “la niña no pudo guardar el secreto por mucho tiempo, a falta de madre, solo podía confesarse a su padre, pero si la valentía de ella estuvo presente, la comprensión y el cariño de él faltaron gravemente. Los días seguidos fueron de angustia, de gritos, de reproches, de insultos y de… reproches.
De poco sirvió el pretexto de la niñez, de la inocencia, de la ingenuidad, de la falta de experiencia y de la ausencia de la madre. El castigo debía ser inminente, doloroso y secreto, íntimamente secreto”.
Al acabar de escribir esas líneas sintió un repentino dolor en el pecho, “Zelinsky” repitió mecánicamente, creyó entonces ver el brillo ilusionado de unos ojos verdes pidiendo ayuda a gritos, unos gritos mudos y silenciosos que poco a poco se iban apagando, poco a poco se iban apagando…

(1) Alejandra Pizarnik “Diarios”
(2) Canción de cuna de origen alemán.


Rabat, 12 de mayo de 2020.
Actividad de escritura basada en la estructura de “Las armas secreta” de Julio Cortázar.

jueves, 14 de mayo de 2020

«CUANDO TE CONVIERTES EN…NADIE», RKIA OKMENNI


¿Cómo viviste aquel momento

cuando en tu cuarto de baño

te encontraste cara a cara

frente a una persona ajena

que tristemente te miraba

con sus ojos vacíos,

desde la profundidad del espejo,

y que todos tus gestos,

con torpeza intentaba imitar?

 

Aquella mañana

te despertaste en una habitación,

que no podías reconocer.

Te sorprendió la mujer sonriente

que te dio los medicamentos,

te sirvió el desayuno

y pretendió ser tu hermana.

 

Entonces, durante tus días

llenos de espanto, miedo y soledad,

el contenido de tu memoria,

los recuerdos de tu vida,

uno a uno y sin dolor,

empezaste sin remedio a perder.

 

Acaso aquel remoto día

vagamente te diste cuenta,

de que una fantasmal mano

del imprevisible y cruel olvido

se empeñaba en borrar tu cerebro,

en caducar toda tu vida y recorrido,

y… en anular tu identidad.

 

Rkia Okmenni

Rabat, mayo de 2020

Ejercicio inspirado en el cuento de J. L.

Borges: «Borges y yo»

(En memoria de mi hermana K. que siempre estará.)




miércoles, 22 de abril de 2020

«HAY UN PISO EN HASSAN», ANA G. SOLÍS LINARES


Tengo un piso en Hassan con un recibidor muy acogedor, un salón con vistas al hubiera, al habría, al remordimiento. Un baño con espejo para mirar hacia adentro y un lavabo con cuya agua se limpian las tristezas. Al lado hay un dormitorio con un hermoso balcón que da al quisiera, al podría, al quizás que construye los sueños. Cuando cierras la cortina, por la noche, puedes mirar lo imposible: los caballos con alas, las quimeras y todo lo que existe solo en la mente de quien lo imagina. A la derecha del recibidor, hay una puerta que se abre hacia la infancia, a los abrazos, los besos, los buenos recuerdos, y finalmente en la cocina completamente equipada, encontrarás en la nevera delicias que endulzan el alma. Esa soy yo, esa es mi casa. Si quieres conocerla, acercarte, toca la puerta.

Ana G. Solís Linares (Profesora del Instituto Cervantes de Rabat)
Rabat, 19 de abril de 2020

sábado, 18 de abril de 2020

"OJALÁ", BAHAE DAHHOU (INVITADA AL BLOG)

Querida
¿Por qué te has ido sin razón explicada?
Si lo único que hice fue hacerte feliz y nunca desgraciada
Pero si marcharte te hará más alegre y afortunada
Recuerda que por mí siempre serás apoyada

Y ahora te digo
Ojalá tengas suerte y logres tu vida esperada
Que tus sueños se hagan realidad y nunca te sientas desesperada
Ojalá que de buenas sorpresas tus días estén llenos y que los recuerdes  como buenos regalos
Que de tu cara nunca se pierda la sonrisa y de gente encantadora  estés rodeada

Y a pesar de mi pena te digo
Ojalá te enamores de un hombre verdadero que te merezca y te sea sincero
Que haga de ti toda su vida y mundo y te ofrezca un amor rosa y profundo

Y al final espero
Que no te pierdas mucho en buscarlo
Porque este hombre soy yo


Bahae DAHHOU (Alumna del Instituto Cervantes de Rabat)

sábado, 11 de abril de 2020

"NO SÉ", SARA YAHYAOUI (Invitada)


Nada más que inquietud, espera y aburrimiento

El duro sufrimiento es nuestro pan de cada día

 

Se nos han impuesto reglas estrictas que no hemos elegido

Confinamiento en nuestros hogares sin oportunidad de expresarse

 

Nos hemos convertido en animales en jaulas

Mirando hacia la libertad y deseándola

           

Adultos y niños, ricos y pobres

Imposible escapar de la contención

 

El mundo está en medio de una pandemia como ninguna otra

Se ha extendido, extendiendo la muerte y la desolación

 

Coronavirus es el nombre que le dimos

Enemigo de la humanidad ha sido designado

 

Todos los gobiernos por él son derribados

No se encuentra ninguna explicación lógica por parte de ellos

 

 Así es como se han mantenido un perfil bajo

Delegando sus poderes a especialistas

 

Así nació un gobierno de médicos

Es él quien interpreta, ordena y decide

 

Cuando el mal se ha apoderado

Los médicos se han convertido en los que dan y quitan la vida

 

En cuanto a nosotros, indefensos

Estamos esperando un destino que podría ser trágico

 

¿Estamos en presencia de una advertencia divina?

Esto es lo que los hombres de la religión afirman

 

0 es el resultado de una lucha entre americanos y chinos?

Esto es lo que los adeptos de las teorías de la conspiración afirman

 

No sé

No sé

 

Sara Yahyaoui (alumna del Instituto Cervantes de Rabat)

 

 

 

 

 

 

domingo, 5 de enero de 2020

«EN UN SOPLO» de MARIA EL KANNASSI

¡Estoy sobre las nubes, literalmente! Estoy en este pájaro de metal —como lo habrían llamado los comanches— que me lleva hacia otros horizontes. No sé si me irán bien las cosas. Allí donde yo me hallaba se me había acabado la inspiración, pero ahora mismo y, en este lugar tan deseado por el hombre desde hace años, de repente, algunas ideas agradables han venido hasta mí, acariciando mis oídos obstruidos por la presión. Me he puesto a recorrer los pasillos polvorientos de mi pasado ansiando localizar el día en que me enamoré de la lectura y, por encima de todo, de la escritura. He intentado descubrir lo que me incitó por primera vez a raspar el papel con mi inagotable pluma.

En mi búsqueda, he visto a una niña de tres  años, el pelo al aire, los ojos brillantes, la mano segura, intentando reescribir las letras mayúsculas de los títulos de la enciclopedia de su padre. Aquella niña sacaba cada día un libro de los que atestaban las estanterías y, con una fascinación innegable e imparable, se hundía en las páginas ilustradas una y otra vez. Se sentía tan cautivada por las letras que sus padres decidieron llevarla a la escuela a los cuatro años, para que no dejara sus huellas en toda la colección. Era la época en que ella pensaba que, cuando llovía, era Dios quien arrojaba agua  con un cubo corriendo por el cielo.

Sí, era la época en que mi imaginación no tenía límites y me permitía inventar mundos irreales donde todo era posible. Esta llama mantenida gracias a la lectura me ayudó algunos años después — años en que la realidad se impuso poco a poco mientras borraba la dulzura y la suavidad de mi burbuja— a seguir siendo niña por dentro, a seguir subiendo los peldaños de la vida paso a paso, y a no perder nunca la imagen romántica que tuve siempre del futuro.

Escribo desde siempre, cabalgo entre las frases, tanto como puedo, y me refugio en mis escritos. Viví una historia de amor con las palabras, a escondidas, como esos amantes que temen el juicio ajeno. Leo, me pierdo en las páginas una tras otra. Escribo y ensucio las páginas una tras otra. ¿Para decir qué? ¡Todo y nada! Intento seducir a las palabras y éstas se burlan de mí. En mis diferentes relaciones he conocido toda una panoplia de vocablos: palabras feas… palabras bellas… palabras insípidas… o palabras maravillosas… seductoras, otras introvertidas y tímidas, o las que me hablan, o esas otras que echo sobre mis escritos para que sean más cautivadoras. A veces las hay mudas, esas que tienen un ínfimo efecto y que se adornan de muchas otras para ser expresivas. Luego están las solitarias e imponentes, que lo cuentan todo y llenan solas, con mucho orgullo, todo el espacio en blanco. Otras veces, las hay que me susurran secretos como para expresarse; y las discretas, que se dejan desear y que exigen mucho esfuerzo para desvelarse y extenderse sobre mis páginas. Y están todas esas que me ahogan hasta que me aproximo a ellas en un impulso, y las que se alejan desesperadamente y me rechazan.  En este vértigo que se adueña de mí y me atropella, me agarro y me abro paso en un pulso agotador para padecer el menor desgaste posible, para que lo que garabateo sea un bálsamo para mi alma…

Sigo mi vuelo y miro hacia el mar que se alza allí abajo, las montañas en relieves, las nubes que parecen un velo escondiendo las partes desnudas de la tierra púdica y, sobre todo, vergonzosa de lo que lleva en su regazo… ¿Nosotros?  ¿Quiénes somos nosotros?   Frente a esta belleza, este paisaje, esta grandeza, la eternidad… ¿Quiénes somos?  Muchos se han preguntado, seguro, lo mismo, ese ha sido el asunto de muchos textos filosóficos. ¿Por qué nosotros seguimos dejando rastros, cicatrices más impactantes y dolorosas que todas las catástrofes naturales?  ¡Nos aguanta, dócil, indiferente, esta tierra! Hemos dejado manchas enormes sobre su cuerpo, con nuestra codicia, nuestra hambre insaciable de lo insignificante…

Así me vienen las palabras y las ideas, en olas continúas invasivas, cuando se abre mi corazón. Mi mano se halla esclava de mi mente y de este hechizo que se apodera de mí en semejantes momentos. Escribo, escribo y escribo hasta el desgaste. Pasado el tiempo no me reconozco en lo que había escrito como si hubiera sido poseída en aquel instante por otro espíritu. Cuando pierdo la inspiración, como muchos, un enorme vacío se instala dentro de mí, sigo viviendo sin finalidad, sin existencia, solitaria, huérfana, disgustada. Mi mente se halla triste en esos momentos, se vuelve una simple herramienta de supervivencia ¡Nada más! 

Mi cerebro, antes tan ligero como una esponja, se ha convertido con el paso del tiempo en una piedra pesada. Me cuesta mucho reflexionar ahora, porque la edad ha sumado algunas cifras, porque los parásitos se hacen numerosos. Cuando la expresión se me escapa, cuando la villanía del ser humano me alcanza y no encuentro medio para borrarla ni para gritar mi disgusto... O al contrario, cuando me alcanza una sonrisa, una fragilidad, una pizca de belleza, recojo mi pluma, me hundo en cualquier superficie a mi alcance para grabar lo que puedo. Me muero y renazco en el vientre de este mar de palabras que me lleva hacia un objetivo desconocido, como un velero que se desancla un día y se deja guiar por un viento loco y caprichoso.


María El Kannassi
Rabat, 16 de octubre de 2019
Tarea 0: "Escribir un texto sobre la lectura relacionado con tu vida" 
“LA EXPERIENCIA DE LEER Y ESCRIBIR (I), TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA CREATIVA, Instituto Cervantes de Rabat, 2019-2020”  
 

«VEINTE AÑOS, HIJO», BAHIA OMARI

    Lloro sin cortar cebollas, pero oigo la fluidez de las lágrimas, lágrimas por el dolor que alcanza siempre mi corazón, mi alma; un...

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Cantando los versos de José Martí.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Iman y Anastasio recitando a Mario Benedetti. Mohammed a la guitarra.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Manal, Ahlam y Assia recitando a Oliverio Girondo.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Rkia recitando a Delmira Agustini

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Bahia recitando a Alfonsina Storni.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Laura & Mohamed y Mohamed & Laura cantando a Alfonsina Storni.

Ensayando para el Día E junio 2015

Ensayando para el Día E junio 2015
Grupo del Taller de Lectura y escritura 2015

Recital 18 de junio de 2016

Recital 18 de junio de 2016
21.00 Instituto Cervantes de Rabat

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015, 19.00 -INSTITUTO CERVANTES DE RABAT -

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Rabat, 24 de abril de 2015.

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014
Recital "A orillas del Bu Regreg 2014"