TALLER DE ESCRITURA "A ORILLAS DEL BU REGREG" DEL INSTITUTO CERVANTES DE RABAT

Bienvenidos a «A orillas del Bu Regreg», el blog de los integrantes del Taller de lectura y escritura creativa, un curso especial que realizamos desde hace doce años en el Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos).

En este espacio damos a conocer los cuentos, poemas y otros ejercicios de escritura que se proponen en clase y que realizan nuestros alumnos, aunque también publicamos colaboraciones de nuestros lectores.

Muchas gracias por leernos y por compartir vuestras opiniones.
Ester Rabasco Macías (profesora del Taller)

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domingo, 25 de noviembre de 2018

«LA PASIÓN DEL SILENCIO» de SAMIRA NACIRI



De niña, mi pasión era estar sola conmigo misma, especialmente por la noche y cuando digo noche es cuando el silencio no está sólo en casa sino también afuera, cuando podía escuchar el sonido del viento y de los árboles o de la lluvia en el invierno o de las olas en verano. En aquellos momentos sentía que me hallaba en un mundo real y hablaba conmigo misma en voz baja como si estuviera con otra persona. Ese otro yo y yo misma discutíamos y nos reconciliábamos para recomponernos y ver las cosas desde diversas perspectivas y también llegábamos a aceptar las cosas que nos habían impuesto, además de todo lo que había sucedido durante el día y que yo no había entendido. Así, podía analizarlo en la oscuridad, cuando fingía dormir para no tener que oír las regañinas de mis padres, después iba a la terraza para encontrarme conmigo misma en un mundo más seguro y cómodo y me quedaba allí hasta el amanecer. Finalmente volvía a la cama tan aliviada y ligera como una pluma.

Tuve que llegar a la madurez para comprender que el silencio tiene distintos significados, pero su función más importante es la de la pausa para reflexionar ante las cosas: un silencio digno siempre será lo más sabio.


Samira Naciri
Rabat, Octubre de 2018
Actividad de escritura basada  en el motivo de las huellas, tras la lectura  del cuento « LAS HUELLAS » de Miguel Ángel Cáliz.

jueves, 8 de noviembre de 2018

«ACERCA DE MIS LECTURAS DE MIGUEL ÁNGEL CÁLIZ» por MOHAMMED JELMAD


Al principio me resultó un poco difícil vincular los cuentos leídos "El placer de viajar", "Huellas" y "Fuera de campo" y "Ceremonias" con el título del libro, Rupturas y Ambiciones. Fue una tarea ardua y un desafío de cualidades para un alumno que da sus primeros pasos en el largo camino del aprendizaje de la lengua cervantina, pero me dediqué a este quehacer con mucha pasión. Entonces pude -al menos eso es lo que creo- descubrir el denominador común de esos relatos.
En primer lugar, ofrecen una mirada aguda de la vida cotidiana a través de una descripción preciosa de los Estados físicos y de los Estados de ánimos de gente que es víctima del desencanto diario que provoca el contacto con las dificultades y con la rutina de la vida cotidiana.
El narrador permite al lector disfrutar de los breves microviajes de otros seres, compartir sus ideas, sus pensamientos, sus decepciones, de manera que él mismo acaba formando parte de todo eso, y en un momento dado, el lector se da cuenta de que se le habla de su propia vida, sus pensamientos y sus sueños. Personalmente, acabé diciéndome a mí mismo que el autor habla de mí en el autobús, que soy el novio de Natalie y que, como el protagonista de "Fuera de campo", soy capaz de tragar mucho para sobrevivir en un ámbito salvaje.
Así pues, creo que el narrador propone una reflexión sobre situaciones que vivimos cada día sin darles ninguna importancia, como si todo ello no nos concerniera. Los relatos tienen el efecto de un reloj que nos despierta para contactarnos con la realidad, no con la de otros, sino con la nuestra.

Mohammed Jelmad.
Rabat, 8 de noviembre de 2018.
Tema: reflexionar sobre los cuentos leídos de Miguel Ángel Cáliz.

martes, 6 de noviembre de 2018

«MIS HUELLAS» de ASSIA EL OUALIDI



Me acuerdo que, de pequeña, hubo palabras que dejaron huellas en mi infancia: no corras, no saltes, no llores… También el color blanco de las sábanas… Me asomo a los pasillos y las salas repletos de olores… Análisis de sangre o de orina, electrocardiogramas, tubos, aparatos… Cansancio… Y el temor y el asusto a ser separada de mis padres como siempre.
A pesar de todo aquel dolor, yo sentía que vivía en el cuerpo de una reina: en nuestra casa, yo era la gobernadora, nadie se atrevía a oponérseme y, si lo hacían, mis padres los castigaban; mis hermanos sanos se sentían culpables si mi salud se deterioraba. La atención de mis progenitores se dirigía hacia mí, como si yo fuera el mismísimo centro del universo. Yo estaba muy mimada, pero todo ellos iba aliviando mis sentimientos de celos al ver que mis hermanos no sufrían lo que yo sufría.
Durante la adolescencia me encontré sola y sin amigas, porque estaba prohibido hacer cualquier actividad. Yo sentía una soledad mortal, mis padres no podían obligar a otros niños a entablar amistad conmigo, tal como sí habían hecho antes, cuando yo era pequeña y le daban un trozo de chocolate a una niña y la obligaban a jugar conmigo según las condiciones de mi salud. De este modo, descubrí la lectura: iba a la biblioteca y allí entablé relación con muchos amigos realmente maravillosos. Y poco a poco me sentí independiente de mis padres y hasta un poco feliz.
Tuve que llegar a la madurez para comprender que nada se interpone en el camino de la felicidad. Nada merece nuestro dolor, debemos bañarnos en la alegría de la vida.

Assia El Oualidi
Rabat, 23 de octubre de 2018
Actividad de escritura basada en el motivo de las huellas, tras la lectura del cuento “LAS HUELLAS” de Miguel Ángel Cáliz.

lunes, 5 de noviembre de 2018

«EL PLACER DE VIAJAR» de BAHIA OMARI




A ti quizás no te gusten los camellos, y razones no te faltan. Con ese animal no puedes ir rápidamente si tienes prisa. Claro que su lomo sirve de asiento, pero no es cómodo. Necesitas mantener las piernas abiertas durante todo el viaje. Los movimientos te acaban produciendo un intenso dolor en las nalgas, en la espalda. El viaje se limita a un sitio bastante especial: desierto, arena y sol. Lo peor es cuando los camellos hacen sus necesidades. ¡Qué tragedia sufrimos entonces! Entre el olor y el calor, no hay salida alguna. El conductor, si es que podemos llamarlo así, es una persona indiferente a tu nerviosismo, no habla tu lengua ni comprende tu lenguaje. Su único problema es subir y bajar al pasajero de las gibas del camello.

Sin embargo, a mí, los viajes en camello me parecen fascinantes y mágicos. Mira las ventajas de ver los paisajes, las dunas, el amanecer y el atardecer del sol, los extensos espacios de arena y esos sitios que no puedes encontrar en los países nórdicos. El viaje no cuesta mucho dinero, es muy cómodo, con oasis donde puedes parar para comer y relajarte, y sobre todo para contemplar el contraste sublime de la naturaleza: desierto y también agua, vegetación, árboles, palmeras. Este viaje cautiva tu alma, tus ideas, tus sentimientos y te transporta a un mundo mágico a través del simple balanceo de un camello, te lleva en una nube de maravillosos sueños sin ruidos ni prisa ni restricciones temporales.

Bahia Omari.
Rabat, octubre de 2018.                                                                 
Tarea de escritura inspirada en “El placer de viajar” de MIGUEL ÁNGEL CÁLIZ.

«EL TAXISTA DE MÉXICO» de ZAKIA ADLI



«¡No te subas a cualquier taxi!», me advirtieron al llegar a Ciudad de México. Cuántas historias desagradables me contaron, sobre asaltos, abusos y robos de pasajeros de ese medio de transporte. Allí existen dos tipos de taxis: los llamados de sitio, que son más seguros, y otros que son los libres. En estos últimos, no queda descartado el riesgo de vivir una pesadilla. En el asiento del chófer, en la parte de atrás, suelen poner una pancarta donde aparece la foto del taxista, su nombre y el número de su licencia. Yo solía coger un taxi para ir de la escuela de mi hija a mi casa. La distancia no era muy grande. Podría haberlo hecho a pie si mi hija no hubiera sido tan  pequeña. Además, el calor que hacía a  mediodía era insoportable. Un día cogí un taxi, como de costumbre, muy confiada.  El taxista que me recogió era joven y muy callado. Durante todo el trayecto no me preguntó ni de dónde era ni lo que me había llevado a aquel país. Al llegar me di cuenta de que no tenía suelto. Le entregué un billete de doscientos pesos. Me lo devolvió enseguida, diciéndome que no tenía cambio. Comencé a buscar en mi monedero y le entregué algunas monedas. Bajó la ventanilla del coche y las tiró. Noté su enojo pero le expliqué de manera tranquila que había una tienda a sólo una cuadra de allí y que allí podía cambiar fácilmente. Arrancó el coche,  pero ante mi sorpresa no se detuvo en la tienda. En una fracción de segundos imaginé lo peor. No sabía qué hacer. Primero pensé en abrir la puerta y arrojarme. Pero podía arrepentirme toda mi vida si algo le pasaba a mi hija. Pensé luego en darle un golpe en la cabeza. Pero no tenía con qué golpearle. Ni siquiera estaba  segura de tener suficiente coraje para hacerlo. Mientras lo observaba pensé: «A lo mejor está armado». Estaba muy asustada, pero intenté mantener la calma. Con voz amenazadora le ordené que se parara, ya que había pasado de largo  la tienda que yo le había indicado.  El taxista, sin decir ni una palabra, continuó unos cien metros y se detuvo. Salí del coche tirando de la mano de mi hija y me eché a correr como una loca. No me atrevía ni siquiera a mirar detrás de mí para ver si me perseguía. Me dije a mí misma, al llegar a casa sana y salva, que no volvería jamás a subirme en un taxi circulante. Y como dice el dicho: «Quien bien tiene y mal escoge, por mal que le venga no se enoje».

Zakia Adli.
Rabat, octubre de 2018.
Texto inspirado en una conversación en el taller sobre «Cómo viajar en el taxi y no morir en el intento».


«LA PARADOJA DE LA VIDA» de FÁTIMA EZZEHAR




Son las 3h 40m de la madrugada.
- Quiero dormir pero no puedo.
A menudo, de noche, el sueño se me escapa. Así, discretamente murmuro con la almohada. Los ojos entreabiertos, busco la luz en la oscuridad. Me fijo en el cielo a través de las rendijas de la ventana por donde me llega un hilo del claro de luna. Llevo mucho tiempo en mi cama retorciéndome por el insomnio. La lasitud me invade desde el dedo gordo del pie hasta el cerebro dejando sus peores efectos en mí. Entonces, estando medio dormida, la misma pregunta surge en mi consciencia sobre la vida. Preguntas que desde hace un tiempo indefinido permanecen en mi mente, acompañándome en los momentos más silenciosos, en mis profundas reflexiones.
¿Qué es la vida?
¿Es una noción de tiempo?
¿Es una noche?
 ¿Es un sueño?
¿Tiene una forma? ¿Un color? ¿Un sabor? ¿Una voz? ¿Un tono?
¿Cuál es el misterio de la vida si enfrente de ella está la muerte?
Yo no sabía que la vida es una vela que con su llama mi camino ilumina y que con un soplo se apaga.
Este hecho paradójico me lleva más allá de mi mundo a otro, en la  profunda búsqueda del conocimiento. La especulación de todas mis preguntas sin respuestas me conducen a la metafísica. Aquí, otra vez sin piedad, la pesadilla me estrangula, me atormenta. Me encuentro en un gigantesco globo transparente, imprevisto. Un globo que sin cesar rueda y rueda, y en el cual yo estoy dentro: moviéndome, trepando, aunque muchas veces me caigo y me enderezo. En un ámbito agobiante intento recuperar mi resuello rezando, desafiando a la muerte y de nuevo resbalo, las manos hacia arriba y mis piernas flaquean patinando. Me siento agotada buscando el aire, buscando la salida.
La antorcha de la inconsciencia retoma el relevo, hurgando en el fondo de mi consciencia dormida, desfilando entre las memorias y preocupaciones diarias o nocturnas de mi vida.
Asustada, me despierto con una contracción en el cuello, la garganta seca. De un sorbo, me bebo un vaso de agua. Mis manos temblorosas, mi frente húmeda, fría de miedo y, llena de incertidumbre me digo: “No, no, basta, fue un delirio, fue una pesadilla. El temor circula en mi sangre. Vuelvo y me echo en la cama, totalmente envuelta como si fuera una forajida.
Los sueños, aunque agitados, no hablan, se manifiestan como arte de dibujos animados mudos pero simbólicos. Poco a poco, descubre la cabeza,  le echo una mirada inquiridora al lugar como si no fuera mío.  Aun me siento oscilando entre el sueño y la realidad cuando me vuelve la conciencia. Una divina chispa en mi fondo me anima, me sacude, mueve algo en mí: es mi “alma”.
Así, de un gesto me levanto. Me dirijo hacia la ventana. Me asomo al exterior. Respiro hasta llenar los pulmones. Aquí, me siento resucitar, vivir. Sí, así es la vida: respirar, sentir, reír, amar, exclamar, andar, reflexionar, actuar, hablar, prosperar. La vida es una pasión, un deseo, un estilo; es encontrar a alguien o algo que da sentido a nuestra existencia… Una brisa agradable, una claridad plateada que desgarra la sombra.
La aurora del sol se impone tranquilamente al horizonte, me calienta suavemente las venas. La frescura de la lluvia trae el velo de su humedad sobre la tierra fértil despidiendo una mezcla de delicados aromas de los jardines de manzanilla, de albahaca mezclada con menta, de naranjos, de manzanos, de colores de ramas recién floridas. Repentinamente, el ronroneo ensordecedor del mar furioso interrumpe mi felicidad, me entumece el cuerpo, me trenza las piernas como varas de mimbre y me lleva lejos. ¡Dios mío! Sin clarividencia, sin experiencia ninguna, desde el primer grito de mi nacimiento me he encontrado expuesta al examen de la vida; este puente invisible donde  cada paso adelante es un descuento del viaje de mi existencia. ¡La muerte y la vida enfrentadas!
El destino  es pantanoso. Quiero huir, pero no puedo, tampoco puedo gritar.  No sé si la palabra está muerta en mi garganta o si yo estoy muriendo. Nacemos de la misma manera, pero cada uno muere diferentemente.
No sabía que la vida es un seno materno y que un día llega el desmame.
Así, con mis dudas y mi pensamiento sobrecargado de contradicciones emprendo otro vuelo. Un viaje a través el espacio, a través del universo absoluto y del entorno relativo. Tengo una sensación extraña, una fuerza receptiva e influyente a la vez de lo que corre por el exterior entre mi alma, mi corazón y la vida; entre lo espiritual, lo sentimental y lo real. Este triángulo cuya relación nos incita a meditar y después a actuar; es más bien una atracción mutua que mantiene el equilibrio interior-exterior.
Mientras, en mi oído retumba el eco de mi tiempo pasado, de mi entorno cercano y lejano… Muchos recuerdos estupendos de diversos sabores y colores: dulces, agradables y azules, de dichosas ceremonias de alegres cumpleaños, de éxito, de sueños concedidos… Pero otros son amargos y duros por la tristeza y la injusticia, por las lágrimas y los gemidos, por las enfermedades y los sufrimientos, por los fracasos y los fallecimientos…
Así es la vida en nuestra tierra cóncava y convexa: destaca gloriosamente para algunos individuos, mientras y a otros, por desgracia, se les averían los sentidos.
La vida es un escalón, si no te impones y te posicionas en lo alto, si no te enderezas y te aprecias a ti mismo, serás pisoteado ahí abajo.
La sumisión al fracaso es terrible, hace del “vivo” un moribundo. Así, recuerdo cómo, al principio, el camino de Albert Einstein, de Thomas Edison, de Ludwig Van Beethoven, de Leonardo da Vinci y otros genios en sus dominios científicos, literarios, artísticos… tampoco fue pavimentado con mosaicos fabulosos; pero con voluntad, inteligencia y trabajo convirtieron sus heridas o sus fracasos en éxito, y tuvieron la convicción de que todos los obstáculos podían ser superados. Así es, solo debemos tomar  impulso. Por eso ellos revolucionaron el mundo dejando obras e invenciones que nunca dejarán de conmovernos y encantarnos como lo hacen desde hace lejanos tiempos.
Esta es la vida, con sus  diferentes facetas, algo negativo en tu pasado puede servir para algo positivo en tu futuro. La vida es una sucesión de experiencias sea cual sea su ritmo, sea cual sea la longevidad del ser humano, pero nunca de la misma manera.
Esta evasión mental ha sido larguísima, pero no obstante, por fe y por convicción moral,  continúo siguiendo los meandros de la vida con firmeza y rechazo entregarme a la desesperación. De repente, surge en  mi memoria la famosa cita de Descartes: “pienso, luego existo”. Esto acentúa mi curiosidad y mis pensamientos, de hecho, incluso llego a deshacerme de mis estrechas miras, dado que la lucha entre la duda y la razón se vuelve una evidencia, es constructiva e indefinida.
La consecuencia se manifiesta ante mí. Con sabiduría, claridad y sencillez, mientras voy por el buen camino, con los ojos abiertos, puesto que existo, ya que aún tengo la oportunidad de reflexionar, de producir y realizar proyectos juntando en mí la esperanza al optimismo para lograr el bienestar en esta vida en forma de herradura, en su tiempo florido. Por el amor de dios, por el amor de nuestros seres queridos y el de la humanidad, vivamos juntos con tolerancia, en paz.
La vida es una responsabilidad, es un asunto complejo. A pesar de todo, a pesar de la muerte, que nos acecha constantemente, cada año con entusiasmo espero celebrar mi cumpleaños, ya que la belleza de la vida está en nosotros pero por ignorancia no la sentimos. Por tanto, mi historia continúa. Es la historia de una vida, de un sueño. De un libro abstracto que nunca he escrito, pero que, durante el camino de mi destino, siempre llevo conmigo para seguir pasando las páginas de mis acciones perfectas y de otras incorrectas que no puedo borrar, pero que por experiencia e inteligencia puedo corregir midiendo mis pasos mientras me sea posible.
Por eso, antes de que el tren expreso de la vida pase sin cogerme, reflexionemos: la vida, como la muerte, es una incontestable evidencia; pero pregúntate si estás realmente vivo antes de la muerte.

Fátima Ezzehar                                                                   
Rabat, 15 de abril de 2018
Actividad basada en la novela “Tan tuyo como tu muerte” de Emili Bayo.

«VEINTE AÑOS, HIJO», BAHIA OMARI

    Lloro sin cortar cebollas, pero oigo la fluidez de las lágrimas, lágrimas por el dolor que alcanza siempre mi corazón, mi alma; un...

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Cantando los versos de José Martí.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Iman y Anastasio recitando a Mario Benedetti. Mohammed a la guitarra.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Manal, Ahlam y Assia recitando a Oliverio Girondo.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Rkia recitando a Delmira Agustini

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Bahia recitando a Alfonsina Storni.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Laura & Mohamed y Mohamed & Laura cantando a Alfonsina Storni.

Ensayando para el Día E junio 2015

Ensayando para el Día E junio 2015
Grupo del Taller de Lectura y escritura 2015

Recital 18 de junio de 2016

Recital 18 de junio de 2016
21.00 Instituto Cervantes de Rabat

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015, 19.00 -INSTITUTO CERVANTES DE RABAT -

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Rabat, 24 de abril de 2015.

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014
Recital "A orillas del Bu Regreg 2014"