TALLER DE ESCRITURA "A ORILLAS DEL BU REGREG" DEL INSTITUTO CERVANTES DE RABAT

Bienvenidos a «A orillas del Bu Regreg», el blog de los integrantes del Taller de lectura y escritura creativa, un curso especial que realizamos desde hace doce años en el Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos).

En este espacio damos a conocer los cuentos, poemas y otros ejercicios de escritura que se proponen en clase y que realizan nuestros alumnos, aunque también publicamos colaboraciones de nuestros lectores.

Muchas gracias por leernos y por compartir vuestras opiniones.
Ester Rabasco Macías (profesora del Taller)

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lunes, 17 de diciembre de 2012

“TE HE ESPERADO” de AIXA ABOUNAI

Aixa Abounai leyendo...

Te he esperado con tristeza,
te he esperado con ilusión.

Te he esperado con cariño,
te he esperado con pasión.

Pero así no me basta.
Más allá del sentimiento,
quiero esperarte con la razón,
más allá del intelecto
quiero esperarte con adoración.

Aïcha Abounai.
Rabat, noviembre de 2012
Poema basado en “TE QUIERO” de Luis Cernuda.

“UNA MAÑANA FRENTE A LA ESTACIÓN DE MARRAKECH…”

   Un bello día de primavera, en que Marrakech se halla perfumado por la flor de azahar, un sentimiento de ligereza me invade mientras estoy delante de la estación del tren en la que espero a mi amiga. Miro alrededor de mí: los viajeros que acaban de bajar del mismo tren que yo, intentan encontrar un taxi o esperan a alguien.
   Me fijo en una chica joven negra, que sin duda alguna procede de algún país del sur de África. Curiosa, continúo observando su esfuerzo y el comportamiento de los taxistas. No oigo lo que dicen, pero al cabo de un momento los alrededores de la estación se vacían. Los taxis libres pasan sin pararse y siguen ignorando el gesto de la chica joven. Cuando mi amiga llega, le propongo recoger a la joven y llevarla adonde quiera ir. En este momento un taxi se detiene y la muchacha sube al vehículo. Miro al taxista… ¡Es negro!

Aicha Abounai
Rabat 2 diciembre de 2012
Ejercicio basado en la tarea de “Escribir un microcuento con temática social”

viernes, 14 de diciembre de 2012

“TE HE BUSCADO” de RKIA OKMENNI


Te he buscado a todas horas,
desgranando lentos y eternos minutos
que caen en medio de multitud de relojes.

Te he buscado todos los días,
borrando huellas de decepción
y con hondas miradas de súplica.

Te he buscado todas las noches,
en el sueño, en las ondas de cualquier emisora,
arrastrada hacia el alba por el insomnio.

Te he buscado año tras año,
dibujando tus rasgos en el espacio
y ojeando rostros entre muchedumbres.

Te he buscado con enfado,
te he buscado con compromiso,
con insistencia y con ilusión.

Pero aún así no me basta...
Más allá de la ficción,
quiero buscarte en el tiempo.
Más allá de tu presencia,
quiero buscarte en tu ausencia.

Rkia Okmenni
Rabat, 30 de octubre de 2012
Texto basado en “TE QUIERO” de Luis Cernuda.

“CEREMONIA” de ABDELLAH EL HASSOUNI


Abdelkadder se había sentado con su compañero al fondo del bar de la plaza central del pueblo y esperaban sus cafés. Quería celebrar, hasta de lejos, el nacimiento del hijo tan esperado. El día anterior, habían cobrado sus sueldos de aquella quincena y habían hecho provisiones con el fin de preparar una comida especial para ese domingo: un tajín de pollo al limón. Hacía un cierto tiempo que ambos habían dejado a sus familias y habían emigrado al sur de Europa y allí se hallaban allí instalados como albañiles clandestinos.
Un camarero rubio y fornido se había presentado a su mesa con una botella y dos copas de champán en lugar de los cafés. Tenía una mirada provocadora y una sonrisa burlona. Ante sus ojos, abiertos de par en par, reclamaba la cuenta intentando destapar la botella. Durante el altercado que había seguido, no pudieron llegar a explicarse debido a su limitado vocabulario. ¡Y por arte de magia, la policía llegó rápidamente!
Adosados a la pasarela del barco de vuelta, sus sentimientos oscilaban entre la tristeza y la alegría. Abdelkadder acariciaba la idea de ver a su hijo y los dos sonreían alegremente cuando recordaban el ojo a la funerala que le había dejado al rubio el tapón de la botella de champán.

Abdellah El Hassouni
Rabat, 28 de noviembre de 2012
Ejercicio basado en la tarea de "Escribir un microcuento de temática social"

"PARA SER FELIZ" de SABAH BENJELLOUN


Para ser feliz no necesito
dinero, coche, ropajes.
¡Qué alegría más alta:
disfrutar del sol y del aire!

Vamos al parque,
al campo, a las montañas.
Yo no quiero la ciudad,
los edificios altos,
los coches, el ruido, 
la contaminación.
Me bastan los llanos, ríos,
los campos de trigo, 
las higueras y naranjos.

Porque me encantan
la gente humilde,
los cultivadores,            
los artesanos, los obreros.                         
Son sinceros, cálidos y afectuosos.
¡Qué felicidad
vivir en la sencillez!

Sabah Benjelloun
Rabat, noviembre 2012
Poema basado en "La voz a ti debida" de Pedro Salinas.

“ME HAS TRANSFORMADO” de SABAH BENJELLOUN



Me has transformado con tu tristeza,
cuchillo agudo que arranca el corazón.

Me has transformado con tu conducta,
siempre pasiva y sin iniciativa.

Me has transformado con tu ansiedad,
impaciencia que impone vértigos.

Me has transformado con tu lamento,
grito atroz que corta el aire.

Me has transformado con tus sospechas
dudas ridículas que envenenan la vida.

Pero así no te basta:
más allá de mi cuerpo
has transformado mi alma
has oscurecido nuestra vida
y matado nuestros sueños

Quédate con todo ello,
Yo parto con quien fui.


Sabah Benjelloun
Rabat, noviembre 2012
Poema basado en "TE QUIERO" de Luis Cernuda.

“MI VIAJE INTERIOR” de ABDELLAH EL HASSOUNI

Yo y el otro 
Yo y el otro,
qué lejanía.
El otro y yo,
qué cercanía.

El tiempo
El tiempo juega con nosotros a su guisa. Los días comienzan y se acaban y luego viene la noche en un ritmo desigual.

La verdad
Eres mi verdad
y quizás
estoy en tu sueño.

La palabra
Ninguna palabra puede expresar lo que siento por ti

La virtud
La virtud, un famoso espejismo.

El miedo
Tengo miedo, mucho miedo,
miedo de perderte,
de perder mi luna,
mi camino, mi linterna.

La hipocresía
Y si todos dejáramos caer las mascaras, nos asustaríamos mucho.

Dios
Ciertamente, Dios es más humano que todos los Hombres.
Dios es una certeza, la religión un rumor.
Creo que Dios ha dejado de creer en el ser humano.

La fe
Tengo una fe inquebrantable en las matemáticas; solamente en las matemáticas. Estas no poseen estados de ánimo.

La eternidad
La eternidad, una hermosa ilusión.

La verdad
¡Una verdad verdadera: “La verdad es más fuerte que la mentira”! Eso dicen, al menos.

Mi tiempo interior
El arte de la vida (savoir-faire) se aprende o se entiende con el paso del tiempo, un tiempo muy largo. De este modo llegaré a ser inútilmente sabio demasiado tarde.

La vida
La vida es tan limitada, efímera, que no debemos olvidar aprovechar cada instante.

Los sueños
Es raro que mis sueños e ilusiones me decepcionen o me frustren.

La sinceridad
Para ser sincero contiguo, he empezado por intentar ser sincero conmigo mismo. Pero no lo he conseguido.

La memoria
Con mi memoria, cuanto más lejos están los recuerdos, más adornados se los veo.

El olvido
El olvido acaba siempre por secar las lágrimas.

La muerte
La muerte rompe el tiempo que, con sus ciclos, recuerda el aburrimiento de los días veraniegos.
Es muy difícil admitir que el tiempo se ha cumplido y que es necesario marcharse.


Abdellah El Hassouni.
Rabat, noviembre de 2012.
Ejercicio basado en un “Viaje interior”.

jueves, 13 de diciembre de 2012

“El LEON ENVEJECIDO” de NAJATE ZIZI

   El león, rey de los animales y terror de la selva, se carga de años y empieza a llorar sus proezas perdidas. Ahora que se debilita, sus propios subordinados se atreven a venir a atacarlo: el caballo se acerca para darle una coz; el lobo, un mordisco; y el buey, una cornada.
   Apenas puede rugir bajo el peso de su edad y se ha vuelto triste y lánguido. Cuando ve al burro acudir hasta su establo, piensa con mucha amargura: “¡Esto ya es demasiado, yo querría tener un buen morir, pero es mejor morir dos veces que soportar la insolencia por parte de un burro que siempre ha sido considerado como la vergüenza de la naturaleza!”. Sigue el león, por tanto, desilusionado y se resigna entonces a esperar su destino sin ningún quejido.
   Dormitando bajo el calor implacable del verano, sueña que un hada le devuelve la juventud con su varita mágica, borra su instinto de fiera y lo personifica en un hombre muy fuerte, muy guapo, de larga cabellera castaña y abundante (nada ajena a su antigua melena). Autollamándose Leonado, se echa a andar fuera de la selva mucho tiempo y se asombra al encontrar un pueblo a la orilla del mar. Acostumbrado a los paisajes de montaña, se queda maravillado, pues nunca había visto una mar tan azul ni una playa de arena tan blanca en donde la gente, casi desnuda, tomara el sol. Embriagado de novedad, se acerca del puerto y sube a un barco que está a punto de partir a un crucero. No sabría explicar cómo el capitán (quizá atraído por su bella prestancia) le ha llegado a proponer un trabajo de animador en la sala de fiestas, que Leonado acepta con placer.
   Así, su poder de seducción contribuye a la conquista de un público cada vez más numeroso y decidido a aprovechar sus vacaciones al ritmo de una música, muy a menudo no tan lejana de sus propios y endiablados rugidos. Una noche se organiza un baile de máscaras donde la gente debe disfrazarse de animales, por lo que Leonado no puede resistirse a exhibirse como león. Y cuando ve entre los bailarines al caballo, al lobo, al buey y al burro, no puede evitar ponerles la zancadilla uno tras otro para disfrutar de la caída de cada uno de ellos.
   La alegría de la revancha es tan intensa que acaba de apagar el alma del viejo león durante su sueño.
Najate Zizi
Rabat, 10 de diciembre de 2012
Ejercicio basado en la tarea “Introducir un personaje de los cuentos o el folclore en la vida contemporánea

«EL CUENCO DE MADERA» de NAJATE ZIZI

   Después de la muerte de su mujer, un viejo muy endeble va a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cinco años. Sus manos ya empiezan a temblar, sus andares a vacilar y sus ojos a embrollarse. La familia comienza a sentarse junta a la misma mesa, pero el abuelo tiene dificultades para comer correctamente. Su dentadura castañetea, los guisantes resbalan de su cuchara para ir a ensuciar el suelo y cuando bebe su vaso de leche lo derrama sobre el mantel. La pareja, irritada por el constante despilfarro, resuelve buscar una solución.
   El hijo y la nuera deciden entonces instalar una mesa en el rincón de la cocina para que el viejo se siente solo, mientras ellos comen con el niño en el comedor, como de costumbre. Para evitar que quiebre la vajilla, le sirven sus alimentos dentro de un cuenco de madera, no sin cierto alivio.
   Cuando echan un vistazo en dirección al abuelo, allí sentado solo, no dejan de ver de vez en cuando chorrear una lágrima por su mejilla arrugada. Pero, a pesar de todo, no cesan de renegar contra él.
   El niño lo observa todo en silencio y con mucha atención. Una tarde, se instala en el suelo con muchos trozos de madera y parece jugar con gran concentración. Su padre le pregunta amablemente sobre su construcción y el niño responde tranquilamente: “Estoy haciendo un pequeño cuenco para ti y para mamá, en el que serviré vuestra comida cuando seáis viejos”. Y luego el niño continúa su trabajo, no sin sonreír.
   Esta respuesta resuena como una bomba en los oídos de los padres que pierden la palabra y muchas lágrimas. En la siguiente cena el abuelo es restablecido a la mesa familiar y ya jamás se presta atención a la caída de un tenedor o a la mancha en el mantel.

Najate Zizi
Rabat, 4 de diciembre de 2012.
Ejercicio basado en la tarea de “Escribir un microcuento”.

“LA CESTA DEL ABUELO” de RKIA OKMENNI

   Érase una vez un hombre que entró de noche en el cuarto de su padre con una gran cesta. Le besó la mano y la frente y le dijo: “Padre, ahora que has cenado, nos vamos. No ignoras que ha llegado la hora de lo que ya sabes”. El padre no respondió. Se levantó con movimientos lentos debidos a su edad y también a su reumatismo. Sin ayuda alguna y muy triste, se instaló con sus pocas cosas dentro de la gran cesta. El hombre, de estatura muy fuerte, lo cargó sobre su espalda y le pidió a su pequeño hijo que lo acompañara. Anduvieron toda la noche en el bosque guiándose por la luna. Recorrieron en silencio una larga distancia. A veces bajando y otras subiendo colinas por senderos estrechos y muy tortuosos... El joven concentró su atención en buscar un rincón adecuado y protegido. Cuando lo encontró, dejó lentamente su carga sobre el suelo. Por última vez besó la frente del anciano. Luego el niño, llorando, lo imitó. Su abuelo lo consoló diciéndole:”No te preocupes, hijo, es una costumbre de nuestro pueblo y yo mismo hice igual con mi padre”.
   El niño, cansado, agradeció que en el camino de regreso su padre lo transportara sobre sus hombros. Empezaron a recorrer el mismo camino. Entonces su hijo habló por primera vez desde que hubieron salido de casa y dijo: “Cuando seas viejo como el abuelo, papá, yo también te abandonaré en el bosque dentro de una cesta”.

Otra propuesta de final (con moraleja):

   “Cuando seas viejo como el abuelo, papá, yo también te abandonaré en el bosque dentro de una cesta”. Al escuchar las palabras de su hijo, el hombre se dio media vuelta, caminó hasta llegar al lugar en donde había dejado al abuelo y buscó la cesta en la oscuridad. Llamó. La voz de su padre le respondió. El hombre lloró y le pidió disculpas. Luego rehicieron el mismo camino y no le incomodó el peso del contenido de la cesta.
   Fue el primero de su tribu en romper la ley impuesta por el consejo de jóvenes en el pasado. Siguió cuidando al abuelo hasta que falleció una noche mientras dormía en su cama. Poco a poco, todos lo imitaron y en el pueblo hubo desde entonces un consejo de ancianos, paralelo al de los jóvenes, para que todos pudieran disfrutar de su experiencia y sabiduría.

Rkia Okmenni.
Rabat, diciembre de 2012.
Microcuento basado en un cuento Amazigh.
Ejercicio basado en la tarea de “Escribir un microcuento con temática social”.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

“UN AMOR PERDIDO” de AICHA ABOUNAI

En la ciudad de Chefchaouen vivían en la Medina dos familias en una gran casa: la familia Idrissi y la familia Ouazzani. Los matrimonios eran amigos y salían a menudo juntos, y sus niños jugaban e iban a la escuela juntos. A la edad de dieciocho años, el hijo mayor de la familia Ouazzani, Adil, terminó su bachillerato y se fue a Francia para realizar estudios superiores. La familia Idrissi se había visto obligada a trasladarse después de una promoción del padre que había sido nombrado director en Rabat. Durante el primer año las dos familias mantuvieron contacto, aunque con el tiempo fueron perdiéndolo progresivamente.
Adil volvió de Francia después de haber obtenido su Doctorado y empezó a trabajar como profesor en la Facultad de Ciencias de Rabat. Intentó encontrar a la familia Idrissi porque secretamente estaba enamorado de Amira, su hija mayor, pero no tuvo éxito.
Una veintena de años después, un día que estaba impartiendo su clase, cuando vio a Amira. No daba crédito a sus ojos, exactamente estaba tal y como la había dejado antes de irse a Francia. No cesaba de mirarla y acabó su clase con muchas dificultades. Al final de la sesión, esperó a que ella se acercara a saludarlo, pero en lugar de eso la vio salir. Imprudentemente, la siguió por el pasillo y la llamó muchas veces antes de llegar hasta ella y ponerle la mano sobre el hombro. Se volvió, pero ella no dio muestras de reconocer en él a alguien más que a su profesor.
Murmuró: ¿Amira Idrissi? Ella sonrió y respondió: "No, profesor, Amira es el nombre de mi madre».

Aicha Abounai.
Rabat, 20 de noviembre de 2012.
Ejercicio a partir de la lectura de “Un Poema de Amor” de Nicolás Guillén, que me inspiraron un texto sobre las sorpresas que la vida puede reservarnos.



“PALABRAS DE INTROSPECCIÓN” de NAJATE ZIZI

Yo y el otro es un vaivén entre los ojos y corazones que nos enseña mucho sobre nuestra personalidad porque el otro es el espejo que refleja una imagen diferente de la propia imaginada.

El tiempo se olvida durante la instantánea de felicidad y se extiende durante la espera, pero finalmente es irreversible.

El tiempo interior: ¡Con qué elasticidad cambia de velocidad según la edad! Lento en la juventud y rápido en la madurez hasta que empezamos a medirlo con la edad de nuestros hijos.

El ser humano no puede superar la relatividad (siempre tan subjetiva) del tiempo.

La eternidad: es duración sin principio ni fin y pertenece sobre todo a los difuntos.

La vida: es un paréntesis de la existencia que se cierra un día, pero con la feliz posibilidad de transmitirla con amor y de generación en generación en ese intérvalo que se nos concede.

Los sueños son necesarios en la vida para que podamos transcenderla, pero debemos mantener los pies en la tierra y dejar de perseguir la utopía.

La sinceridad es un feliz matrimonio entre la franqueza, la lealtad, la autenticidad sin ninguna forma de truco, mentira o engañifa para con los otros o para con uno mismo.

La verdad es lo que creo con mi razón y mi corazón, aunque puede no ser verdadero.

La virtud es el comportamiento ejemplar e irreprochable gobernado por el amor al prójimo, la energía moral para practicar la honestidad, la caridad, la solidaridad.

Dios es la potencia suprema en la que el ser humano puede refugiarse en caso de recibir un golpe duro en la vida. También es la reunión de todas las chispas de bien que existen en cada hombre cuando las chispas del mal pueden ser transcendidas con la ayuda de la espiritualidad.

El miedo es la sensación de alguien que está en peligro real o imaginario, bajo los efectos del pánico o de una amenaza o de un susto de muerte.

La vanidad es tener una idea de sí mismo demasiado gloriosa y que no incluye la consideración hacia el otro.

La memoria: ¡Qué selectiva es y qué traidora! Acaba de perderse si no es utilizada, pero si no sabes adónde ir, busca dentro tu memoria y pregúntate de dónde vienes!

La Tierra es nuestro planeta, en el cual debemos vivir en paz y que debemos salvaguardar sin contaminar y sin consumir excesivamente.¡Deseo piadoso y utópica quimera!

El olvido es necesario para perdonar y sobrevivir. No es siempre inocente porque, a veces, ocultamos lo que nuestro inconsciente desea.

La muerte es el fin irremediable de la vida y cuando los viejos se van con su memoria, los hijos quedan solos y huérfanos, independientemente de su edad.

Najate Zizi
Rabat, 22 de noviembre de 2012
Ejercicio basado en un “Viaje interior”.



“UN VIAJE POR MI MENTE A TRAVÉS DE LAS PALABRAS” de RKIA OKMENNI

- Mi memoria es mi mejor cómplice. Decidimos de común acuerdo el grado de importancia de nuestros recuerdos.

- Cuando se me anudan las tripas,
se me congelan los labios,
se hace un vacío espantoso
dentro de mi cabeza,
me duelen las sienes,
sudan mis manos
y mis piernas se niegan sostenerme,
entonces sé que estoy frente al miedo.

- Prejuicios: No hay que definirme según mi apariencia. No revela casi nada de lo que soy. Sigo todavía haciendo un trabajo continuo de reconciliación y de de aceptación conmigo misma para preservar mi autenticidad.

- Yo y el otro:
Yo soy yo y tú eres tú. Soy yo por mí misma y por los demás, y esto me basta. Acéptame tal como soy en mi diferencia de ti y yo haré lo mismo contigo para convivir en armonía.
El otro no es ni mejor ni peor que yo, es diferente. Solo nos falta a ambos una dosis de curiosidad y receptividad y seguro que seremos los mejores amigos.

- Los intolerantes son la gente que son como son, hacen lo que quieren y exigen que yo sea como ellos quieren. Yo les digo: ¿Y cuándo podré ser yo y hacer lo que yo quiero?

- La maldad es el arte de escupir veneno en forma de actos o palabras y la mejor de las veces con una sonrisa. Para preservarme, intento que jamás me alcancen esos escupitajos.

- El olvido para mí es un hoyo muy hondo. Al nacer, de inmediato todo acontecimiento gira en torno a él intentando resistir de todos los modos posibles ante su fuerza magnética. Finalmente, el olvido acaba cayendo en ese hoyo a no ser que logre evitarlo. Pocos se recuperan gracias a la memoria y, cuando eso ocurre, lo llamamos recuerdo.

- Amnesia,
 falta de ánimo.
Amnesia,
por cobardía,
por debilidad,
por miedo.
Cerrar los ojos,
esconderse,
borrar la memoria,
Por amnesia voluntaria.

- Tiempo.
Mi tiempo.
Tiempo de los demás.
Vas caminando paso a paso,
a veces lento, otras rápido,
sin un temor determinado,
dejando huellas,
curando heridas…
Tiempo,
tiempo de todos,
tiempo de nadie,
pasas sin parar,
ayudas a olvidar,
a cortar los hilos
que atan al pasado.

- Muerte
Ando a ciegas hacia mi muerte.
No sé si temo ese instante
y no sé si será súbita o dulce.
Tampoco sé cuándo ni dónde
ni cuánto tiempo viviré antes.
Lo que sé seguro es que me sentí débil
cuando murieron mis seres queridos.
Y que cuando llegará mi muerte
yo ya no estaré aquí para reprobarla.

- Dios es la entidad a la que me dirijo en los instantes de felicidad para darle las gracias; y también en los instantes de desgracia y debilidad para tener ánimo.

- La vida es tener la suerte de nacer y de vivir luego de tener la suerte de renacer cada día.

- Lágrimas
No me preguntes qué me hace llorar…
Me harás llorar más y más
y no podré hablar ni cotestar.

No me preguntes qué me hace llorar…
Me costará tanto contártelo,
mucho más que con mis lágrimas.

No me preguntes qué me hace llorar…
No sabré por dónde empezar,
y tú tampoco tendrás tiempo para escucharme.

No me preguntes qué me hace llorar,
Me harás llorar más y más
y ya no me quedan lágrimas.

- La verdad: no se eligen el momento y el lugar para decir la verdad, se imponen por sí mismos como un rayo de luz que de repente ilumina el instante y la mente del que la dice y del que la espera y la recibe.

- El sueño muere cuando se realiza porque deja de ser sueño.

Rkia Okmenni.
Rabat, 21 de noviembre de 2012.
Ejercicio basado en un “Viaje interior”.

“VIAJE INTERIOR” de IMAN TANOUTI



El tiempo. Lo sigo y lo persigo y se me escapa de entre las manos como espuma, corro y corro para atraparlo y sin embargo se burla de mí y me pone la meta siempre más lejos, huye hacia adelante, nunca podré alcanzarlo, tal como les pasa a todos, incluso a los más veloces.

La verdad. Todas las verdades son verdades, solo depende de cómo las interpretes, y siguen siendo verdades mientras la mentira no las borre.

Yo y el otro. Me dice cómo tengo que actuar, cómo tengo que vestirme, cómo tengo que hablar, me critica a veces y me felicita; otras, me hace llorar, pero también reír… y viceversa.

La virtud. No hay que ver en el hombre virtudes que no tiene. Hay que buscar en él, más bien, las que puede tener.

El miedo. Al temer tanto la equivocación, se puede no hacer nada en la vida: la inacción cultiva el miedo, la acción el valor y la temeridad. Aunque un hombre con miedo puede hacerlo todo, hasta las tonterías más tontas.

Dios. 
   Para muchos es real.
    Para otros no tanto.
     Es fácil esconderse de él.
      Lo más difícil es mostrarse a él.
       Pero acaso, los que van buscándolo temen que se les pueda perder... 

Iman Tanouti
Rabat, 18 de noviembre de 2012
Actividad de escritura: Viaje interior.

martes, 27 de noviembre de 2012

“PALABRAS…” de SABAH BENJELLOUN

Yo y el otro: el otro es mi imagen en el espejo. Su mirada es lo que me permite mejorarme.
El tiempo pasa rápido cuando la vida es feliz y se vuelve enemigo cuando deja sus huellas en mi cuerpo. El tiempo presente me importa más que el pasado y que el futuro.
La verdad es lo que se ve; no me importa la verdad de los demás. Cada civilización tiene su verdad así que hay muchas verdades.
La palabra buena trae calor al corazón. La palabra mala, aunque que sea verdadera, hace daño.
La virtud es la característica que anotan las personas que aspiran a ser absolutamente buenas.
El miedo: Tenemos miedo de lo que no conocemos.
La hipocresía domina tanto las relaciones humanas que la confianza se hace rara.
Dios es amor, amor entre los seres humanos de todas religiones.
Los sueños son esenciales en la vida; la vida sin sueños es muerte.
La memoria es selectiva, guarda solo lo que quiere.
La muerte es lo contrario de la vida; sin embargo está constantemente presente en ella.

Sabah Benjelloun
Rabat, noviembre de 2012
Actividad de escritura: “Viaje interior”

«IMITANDO A BÉCQUER… » de RKIA OKMENNI


El cantautor


Por tu música, mis sentidos,
por tu letra, mis aplausos,
por tu voz… ¡Yo no sé
qué te diera por tu voz!

           ***
         
Con ilusión…

Las risas son burbujas y van al sol,
las penas son heridas y van al alma.
Dime, memoria, cuando el dolor se olvida,
¿sabes tú adónde va?

          ***

Rkia Okmenni
Rabat, octubre de 2012
Textos basados en “LAS RIMAS” de Gustavo Adolfo Bécquer

“PARA VIVIR EN TI”, de ABDELLAH EL HASSOUNI



Para vivir en ti
degollaré mi sosiego,
crucificaré mi soledad.
¡Qué plenitud de perspectivas!

Despójate de disimulos,
artificios, enredos;
yo no te quiero así.
Ahora que las olas
niegan hablar con las orillas,
te ruego que
devuelvas el río a su lecho,
el mar a su frontera,
y que cuelgues,
mariposa irisada mía,
la luna en su cima.

¡No quiero verte así!
Anegada de chismorreos,
sarcástica, murmuradora.
Una colina que la lluvia no visita.

Yo alumbraré las velas
para que te me vuelvas
como te he querido,
tradicional y agnóstica,
abierta y arraigada,
apacible y rebelde.
Te he querido gaviota mía,
inmaculada, grácil, azul,
derramando en tu melena
un ramo de rosas de cera
y la ingenuidad en tu rostro,
más convincente que todas las religiones.

Me has enseñado a amarte
y para ti he luchado contra los bárbaros,
para quererte como un pirata.
A menudo, te acostabas bajo mis parpados,
espuma, cielo, arena y casas.
Y yo me sentía rey del universo,
cogiendo las estrellas que
te ofrecía en un collar de gotas.

Te arrepentirás, reina mía,
y yo volveré a vivir en ti
como tú estás viviendo en mí.
Volveré a salir de noche
para peinar tus aceras
bajo la lluvia.
Volveré a acariciar las olas
desde tus dos torres.
Volveré a ver
cómo te zambulles como una perla
entre las aguas del Buregreg.

Abdellah El Hassouni

Rabat, 11 de noviembre de 2012
Poema basado en “La voz a ti debida” de Pedro Salinas

“TE HE BUSCADO” (O “LA INACCESIBLE”) de ABDELLAH EL HASSOUNI


Te he buscado en los trópicos,
bajo la lluvia abundante y furiosa
y el calor de los bosques tupidos.

Te he buscado en los andenes
llenos de rostros cansados y tristezas
y de grandes maletas melancólicas.

Te he buscado en los hoteles sin nombres,
en las plazas atascadas de siluetas fugitivas,
en los bares oscuros y sudorosos.

Te he buscado en los posos de café,
en los susurros de las feas videntes
y en los murmullos del follaje.

Te he buscado en tu ausencia,
en tu presencia fugaz y transparente.
Te he buscado cada noche,
te he buscado cada madrugada,
cada puesta del sol, cada mediodía.

Pero jamás me sonrió la suerte.
Dentro de este mundo
no te he hallado en parte alguna,
y dentro de mi corazón
sólo he hallado tu sombra.

Abdellah El Hassouni
Rabat, 30 de octubre de 2012-10-31
Poema basado en “TE QUIERO” de Luis Cernuda.

“IMITANDO A BÉCQUER…” de ABDELLAH EL HASSOUNI


Con el blanco, la pureza;
con el amarillo, los celos;
con el rojo... ¡Yo no sé
cómo prendiera yo mi llama!

               ***

Las miradas son luz y van tras el sol.
Las palabras son aire y se van tras el viento.
Dime, hombre, cuando la pasión se templa,
¿sabes tú adónde va?

               ***

Abdellah El Hassouni
Rabat, 23 de octubre de 2012
Poemas basados en versos de Bécquer .



lunes, 26 de noviembre de 2012

“OLVIDO” de IMAN TANOUTI


Te olvidé con copas llenas
y despertares exhaustos.

Te olvidé con noches largas
y amigos con sonrisas falsas.

Te olvidé con faldas nuevas
y labios pintados de carmín.

Pero así no me basta…

Más allá del olvido,
quiero borrarte de mi mente.

Más allá del adiós,
quiero extirparte de mi alma.

Rabat, 06 de noviembre de 2012
Iman Tanouti
(Ejercicio basado en el poema “Te quiero” de Luis Cernuda)

viernes, 23 de noviembre de 2012

"AHORA NO" de ANASTASIO GARCÍA

Tú, fría dama que siempre nos acompañas, arrebatadora de vida. Mil formas tienes y de mil formas te evadimos. Fría dama de dulces besos, de trágicos desenlaces, fiel compañera, tú, muerte, aléjate. La eternidad nos unirá y jamás nos separará. La eternidad, el tiempo infinito. Tú y yo para siempre. Pero huye, huye de mí, dame alegría, esperanza, ilusión, amor, sufrimiento, tristeza, dame vida. Vida, sí, a ti sí que te quiero, aunque seas ese camino sinuoso que inevitablemente nos conduce hacia el sueño infinito. Pero no, no quiero llegar, a ti no te quiero. Tendremos una eternidad tú y yo, pero ahora, ahora no.

Anastasio García García
Rabat, noviembre de 2012
Escrito apartir de "Palabras para una introspección..."

"AGONÍA DE AMOR" de RKIA OKMENNI



Para vivir, no quiero
sentir cerca de ti,
el frío de tu ausencia
congelarme por fuera.
Tampoco quiero sentir
el roce de tu voz,
herirme el alma
y ver que en tus ojos
ya asoma el adiós.
Para vivir, no quiero
que me borres de la vida.
Ni acepto que me eclipses
para orbitar yo en tu sombra,
vagar en mi propia soledad
y precipitarme en el vacío
doloroso de mis temores.
Para sobrevivir no quiero
que te rompas las uñas
para retenerme a tu lado
e impedir que guarde el duelo
de lo que un día fue un amor
puro, sincero, aunque no eterno.

Rkia Okmenni
Rabat el 11 de noviembre de 2012
Poema basado en “La voz a ti debida” de Pedro Salinas

miércoles, 25 de julio de 2012

“OJALÁ” de ASMA EL HASSANI



Ojalá que mi amor se detenga,
ojalá pueda olvidar tu sonrisa,
tu boca y tus gestos.
Ojalá tus miradas huyan
de mis pensamientos.
Ojalá te olvide con el tiempo
Olvide esos momentos perfectos
apacibles y bellos.
Ojalá nuestro amor se acabe
con amor y sin dolor.

Asmae El Hassani.
Rabat, julio de 2012.
Poema basado en “Ojala” de Silvio Rodriguez.

martes, 24 de julio de 2012

“CONFIDENCIAS” de ABDELLAH EL HASSOUNI


   - ¿Te ofrezco otra copa para acompañarme? La última para mí. No, la penúltima. ¿Dudas? ¿No te sientes tentado? ¡No pasa nada, yo estaré borracho antes de que cierren!
   Las frases apenas podían abrir su camino entre los labios enredados de Yaya y el ballet de sus manos, que agitaba con el fin de corroborar sus declaraciones y que tartamudeaban más que otra cosa. Los anchos brazos de la butaca donde se había desplomado en una posición casi fetal, parecían ceñirlo tiernamente para no aflojarlo. En efecto, todas las butacas de este lugar selecto y refinado, sumergido en una luz tamizada y una música negra de los años sesenta, tenían esa enojosa tendencia.
   En la cara plácida y pálida de su vecino recién llegado, sólo sus pequeños ojos negros y brillantes se permitían interrogar cortésmente a este impertinente desconocido en busca de una oreja dispuesta. Miraba de hito en hito a este jovencito intrépido y pijo echándole ojeadas interminables, arrogantes y altivas. Y antes de que sus labios hubieran tenido tiempo de entreabrirse, los de Yaya quebrantaron el silencio ya molesto:
   - ¿Te preguntas por qué estoy de fiesta? ¡Simple! El caso es que hoy es un día feliz, porque es otro día rutinario sin más, sin problemas. Así y en vistas de que soy un buen ciudadano de este bello país, me gusta brindar mucho en su honor, tanto como me es posible.
   Los ojos del vecino exhibían un interrogatorio espantoso, sin rechinar y sin que sus rasgos expresasen la menor desconfianza o el más mínimo rechazo. Su cara emanaba una frialdad glacial, una frialdad que tenía sus raíces bien ancladas en el interior, en su interior más profundo, y que el alcohol todavía no había conseguido deshacer. Debía preguntarse cuál de las actitudes posibles tenía que adoptar, aunque no fuera la primera vez que una situación así se le impusiera. Habría preferido que fuera una persona del sexo opuesto quien lo provocara en lugar de este hijo de papá. Yaya, que ni siquiera lo miraba, sonreía al tintineo de los cubitos de hielo de su vaso que se arremolinaba invariablemente. Risueño, alegre, tenía ganas de conversar:
   - ¡Escúchame y sin darme consejos! Lo que más detesto es la gente que te prodiga consejos hasta cuando no les pides nada: “Sé prudente, sé atento”, “Piensa en tu futuro”… Algo completamente estúpido. Es como si pudiéramos pensar o adivinar el futuro, planificarlo, hacerlo presente. No somos más que presente, somos tan sólo el momento que vivimos. Y este momento hay que vivirlo imprudentemente, hay que hacer lo que sentimos, seguir nuestra intuición. Es impensable no hacer jamás nada irracional, excepcional. Hay que equivocarse. Sólo los minusválidos y los inválidos tienen derecho a ser prudentes. Yo digo que hay que tener tentaciones, vivirlas, aunque esas tentaciones sean imposibles.
   El lenguaje de Yaya era simple, directo, despreocupado, desconcertante; el lenguaje de un joven en la flor de la vida. ¡No utilizaba esas frases tan largas y llenas de respeto que cada vez nos hacen envejecer unos diez años! Sus manos agitaban siempre el viento y su cara no dejaba de hacer muecas y mohines. Y su vecino apenas había meneado la cabeza a guisa de asentimiento.
   - Estoy furioso y doy los mismos graznidos que un ave que siente pena. Mi cólera es un dolor y mi grito es su expresión. Estoy contra todo lo que es "tonto", aunque sea bastante difícil de definir lo que es "tonto". Es un juicio subjetivo y sentimental. Lo que es "tonto" para mí puede volverse maravilloso para ti. ¿Quizás sea tan sólo una cuestión de justificación, de costumbre, de comodidad o de no sé qué? ¡Yo no soy un gilipollas, dado que no hago nada mal! No hago daño, contrariamente a algunos vendedores, vendedores de ideas envueltas en palabras como derecho o legitimidad, vendedores de dignidades caducadas a las cuales se les cambió las fechas de caducidad, negociantes de todo, mercaderes de culos, no los suyos, sino de los demás. Pero tranquilízate, no soy un maricón ni un homosexual. Justo un ser que se aburre, que está cabreado contra todo, hasta consigo mismo. Al mismo tiempo, no llevo mensaje alguno, hay tantos carteros para esta tarea.
   El vecino de Yaya había fruncido las cejas y había arrugado la frente. Parecía no saber cómo tomar o asimilar este discurso vago, extraño e incoherente, que lo tocaba todo y nada. Eran habladurías de un jovencito embriagado, que andaba medio trompa. Sin embargo, con un movimiento casi ceremonial, lentamente se había vuelto hacia Yaya, cruzando sus largas piernas hacia el otro sentido, le hacía frente y mostraba, aparentemente por cortesía, aunque posiblemente no, un cierto interés. Mientras se pasaba sus dedos por su cabellera entrecana, le murmuró con una voz ronca:
   - El hombre se hace sabio tarde; pero tú, no. ¡Tan joven y ya con éstas!
   Yaya parecía no haber esperado otra cosa sino esa pértiga tendida. Entonces las palabras, las frases, empezaron a emerger de su boca con un chorro ininterrumpido:
   -¡Esto no es una cuestión de sabiduría, sino el dolor de una persona a quien le cuesta mucho ser ella misma! Escúchame, amigo, voy a decírtelo todo. Realicé mis estudios comerciales, unos malos estudios. Imaginas bien si piensas que no los hice aquí sino en el extranjero. No fue nada gratificante, por no decir degradante, el hecho de integrarse en una universitaria nacional. Y como todo hijo cuyos padres tuvieron suerte, prácticamente falló todo, todo fracasó totalmente y volví al país enarbolando el diploma del más grande de los negados. Entonces, mi padre que no podía permitirse que se manchara su reputación, puso en funcionamiento su red y sus palancas y me nombraron responsable en una gran empresa del lugar. Es lo que se hace para los hijos de buena familia. Finalmente, ese es siempre su destino. Y en esos momentos es cuando uno entiende lo que es ser el hijo de tal o de cual burgués, no alguien común, un simple mortal más. Como de costumbre, lo hicieron sin pedirme mi opinión, pues jamás se preocupaban de saber lo que quería. Para los burgueses, todo es contabilidad, todo es fachada. Fue así como comencé a vivir como querían, agarrando el instante tal como se presentaba. Un día, me encontré vivo, vivo en cierto modo y me dije que debía intentar aceptar, sacar provecho de aquella situación. Es normal, para un hijo de padre que tuvo mucha suerte, también tenerla, al menos en parte, ¿no? Así me vendí a mi bello rostro, mi lenguaje pulido, mi traje último grito y mi coche demasiado caro. También vendí mi nombre. No, más bien el de mi padre; en definitiva, el de mi familia. En este contexto, mi trabajo llevaba también el nombre de la inercia. El trabajo era exigente y difícil y jamás me habría sentido a la altura de esta tarea. Y para resumirte te diré que respeto a los trabajadores pero detesto el trabajo, de la misma manera que el que clama que le gusta la religión pero odia a los religiosos. De este modo, no me pedían gran cosa y yo procuraba no hacer mucho, sobre todo porque no soy capaz de gran cosa, aparte de abrir mi bolígrafo y depositar mí uña sobre algunos papeluchos de vez en cuando. ¡Todo eso es muy triste, muy deprimente! ¿No?
   El discurso de Yaya y el vaso bien cargado habían podido más que la frialdad del vecino y signos claros de un deshielo inminente habían hecho su aparición. La curiosidad humana obliga. Ahora, se iba aproximando, se iba inclinando un poco hacia adelante, hasta casi tocar con su oreja la boca de Yaya asintiendo de vez en cuando. Y con el fin de reactivar a Yaya, que se había callado, le interpeló con unas pocas palabras, con frases cortas y con sus movimientos siempre lentos y ceremoniales:
   - Bebamos por el placer que mata al aburrimiento, bebamos hasta el punto de ahogar la memoria. Chin-chin. ¿Pero cómo se puede pasar el tiempo sin hacer nada que motive?
   - Luchar contra el aburrimiento, es, en la medida de lo posible, no renunciar a nada: ni a los viajes, ni a los espectáculos, ni a la glotonería, ni a la sexualidad, ni a los sueños tampoco. Pero en el trabajo, me dio por crear problemas y malentendidos, cada vez que no había nada más o cada vez que no había bastante. De vez en cuando, añadía algo aunque hubiera bastante. Se volvió un juego divertido, un juego en el cual yo mismo destacaba bastante. Ciertas personas, probablemente tan incompetentes como yo, dicen que no soy apto para el puesto. Yo les replico que ellos tampoco lo son y que hay que dejarles el trabajo a aquellos a quienes se lo merecen. Es injusto privar a los verdaderos trabajadores, a los subalternos, de lo que les gusta. Pero ahora estoy hasta las narices, harto de todo esto.
   Yaya sacudía los hombros, como si quisiera quitarse de encima lo que los volvía pesados, pero era en vano.
   - Llenemos nuestros vasos, la charla da siempre mucha sed. Sí, la penúltima copa… Jamás hay que decir la última. ¿Y con las mujeres?
   Yaya sonríe con sus ojos, con sus labios, con toda su cara jovial. Había estirado sus piernas y sus brazos antes de volver a coger la misma postura. Saboreaba la cuestión que ciertamente debía de traerle un montón de recuerdos agradables.
   - ¿Las chicas? Yo, soñaba con ellas desde siempre. Mi divisa era: jamás el mismo perfume más de un par de veces, jamás curiosear demasiado la misma flor. Todas las flores se marchitan demasiado rápido…. Eso es lo que pensaba y lo que todavía pienso. Los ojos de una chica son una fiesta, su sonrisa es una fiesta, y una tarde con una chica en sus brazos es una fiesta, un sueño que se renueva con cada amanecer. Las chicas son por ser muy bellas como las perlas del agua de manantial y todas las perlas están por coger. Y yo cogí de todo, hasta por casualidad, hasta una falda perdida, hasta alguna un poco gorda u otra un poco rubia. Sin embargo, las chicas sueñan con un príncipe encantador, un príncipe que se las lleva en su carroza a un castillo maravilloso para casarse con ellas durante de una fiesta mágica. Así, muchas de ellas veían en mí a un príncipe. Y yo, que jamás había pensado multiplicarme en dos o en más y que no era ni príncipe, ni siquiera un hombre bello, sacaba provecho de eso. Por lo general, les gritaba bien alto que era sólo un joven hombre simple y perdido, pero me decían que el amor transformaba a un ser en un príncipe, en un príncipe encantador. Las chicas jamás desesperan, aunque desesperar no es una fatalidad, es una cosa triste, ¿no? Es la esperanza imbécil la que es abominable, estúpida.
   Entre risitas tímidas y meneos de cabeza, se había quedado bajo el efecto del estupor. Se hallaba boquiabierto, asombrado y no podía replicar ni sugerir nada. Era evidente que el cielo no lo había dotado del mismo poder de seducción y el discurso de Yaya sólo ampliaba su perplejidad y su complejo de inferioridad. El silencio se había vuelto más espeso, más pesado, más negro. Justamente, los puntos luminosos del techo desaparecían uno tras otro dejando detrás de ellos negros halos. El barman, que no había encontrado otra solución que apagar progresivamente la luz, paseaba su molesta mirada entre estos dos últimos clientes. Con los vasos, el tiempo pasa demasiado lentamente, o demasiado rápido, como era el caso.
   Caminando con paso lento, abandonando detrás de ellos esta intimidad momentánea, buscaban las frases adecuadas para despedirse uno del otro. Yaya miraba a lo lejos delante de él, hacia una lejana esperanza perdida. Se volvió, levantó la cabeza en busca de la mirada dura de su gran vecino y rompió la pausa con una sonrisa fugitiva. El otro, alejándose hacia su coche, devolvió a su confidente de aquella tarde una sonrisa semejante a la de él, aunque un poco irónica.
   Y los dos desaparecieron en los dedales de la ciudad, nuestro desierto urbano.

Abdallah El Hassouni.
Rabat, 6 de marzo de 2012.
Ejercicio libre de descripción basado sobre “El posible Balde” de Onetti.

“ESCALERAS PARA EL CIELO” de NAJATE ZIZI


   Antes de jubilarme, aprendí por mi trabajo de investigación científica a trasladarme en avión cada trimestre a París, desde donde escapaba a menudo en dirección a una capital europea, a veces por un congreso y a veces simplemente para disfrutar de un fin de semana personal.
   Actualmente conservo esta costumbre de manera rigurosa, como actividad de apertura al mundo y de libertad y como una necesidad imperiosa para mi equilibrio interior. En la tercera edad, está claro que es demasiado fácil caer en la rutina cotidiana que, bastante temprano, prepara la cama de la vejez cerebral. Pero, por otra parte, se ha constatado en medicina que el hombre puede luchar contra ello alternando constantemente actividades físicas, intelectuales y manuales, sin olvidar el contacto con el prójimo. En efecto, la decrepitud es (¡todavía!) ineluctable a pesar del progreso de la longevidad, pero cada uno debe frenar el plazo de esta degradación cuidando su propia salud física y mental. Sobre esta base, mi filosofía más personal es buscar y encontrar la serenidad para desgranar el rosario de la vida sin conocer su ¿extensión? y creo que este objetivo humano es accesible a todos a condición de permanecer de acuerdo con uno mismo.
   Así que, para romper el aburrimiento de las tareas inevitables y poco agraciadas, me encanta viajar, aunque el avión me dé todavía mucho miedo. Limitada solamente por el costo, elijo países lejanos y desconocidos y siempre diferentes, porque me gusta descubrir los paisajes exóticos, la urbanización de las ciudades, el patrimonio histórico, los museos y otros templos de arte, otra gente y sus costumbres, etc. Por todo ello, yo estoy siempre dispuesta a superar la angustia de volar horas y horas en un espacio cerrado y a alturas que sobrepasan las nubes. Durante el vuelo, intento engañar a mi casi fobia con varias ocupaciones, como lecturas o sopa de letras o crucigramas, pero no puedo dormir ni echar una mirada a través de la ventanilla. Si la meteorología llega a ser desfavorable, me quedo completamente aterrorizada y mi razón no cesa de funcionar cuando veo a otros pasajeros echarse a reír o sonreír como si no pasara nada. El paroxismo se alcanza cuando el avión inicia el aterrizaje, con todos los reactores zumbando. Entonces cierro los ojos y me quedo congelada en mi sitio hasta que tiene lugar la inmovilización total del aparato. Después, todavía mareada, me preparo a marcharme con las orejas congestionadas y tambaleándome un poco. Para no tropezar al bajar las escaleras, debo aguantarme a la barandilla con una mano y con la otra llevar mi equipaje de cabina mientras la gente, que se abre paso a empujones, añade más discordancia entre mis pies a cada peldaño. Una vez que toco el suelo olvido mi estrés y, respirando con avidez, me abandono a un inmenso alivio. Luego, toda mi fatiga se esfuma y cedo lugar a la curiosidad y a la felicidad tan esperadas de aventuras tranquilas y vacaciones estimulantes.
   En cuanto al viaje de vuelta a casa, es evidente que mi estado físico es el mismo, pero no bajo las escaleras del avión con la misma actitud emocional. Mi descenso es un poco más seguro, mis ojos se hallan más concentrados en los peldaños y no buscan novedades alrededor. Psicológicamente, en esos momentos, yo llevo acumulada mucha energía, como si estuviera dopada por el descanso de sueños dorados. El milagro es que vuelvo muy decidida a reencontrar con prisa mi ámbito familiar y me muestro menos atenta a los defectos e insuficiencias de desarrollo que no paro de denunciar cotidianamente en mi país. Pero yo sé con certeza y sin pudor que la tregua durará aproximadamente un semestre y que la falta de otros horizontes se dejarán sentir hasta el próximo vuelo... ¡Hasta que termine mi rosario!

Najate Zizi.
Rabat, mayo de 2012.
Historia inspirada en las “Instrucciones para subir una escalera” de Julio Cortázar.

“EL NIÑO SORPRESA” de MARYAM BENCHEKROUN


   La cara casi cubierta de gris plateado, sereno. Vestido comedidamente y de aspecto casi descuidado. Está tocando el violín cuando, de repente, oye el timbre. Deja su instrumento y se dirige hacia la puerta. Da pasos lentos con sus pies cubiertos de unos calcetines blancos desde los cuales asoma la piel rosada de sus talones. La mirilla le muestra dos hombres mayores con sendas batas blancas. ¿Son lecheros o tal vez médicos? ¿Quién sabe? Otro vistazo le revela la presencia de un niño. El viejo, asombrado, abre la puerta y se encuentra frente a dos asistentes sociales y un crío resignado, paciente, con la cabeza baja, los ojos escudriñando hacia arriba, dos lagrimones en sus inocentes mejillas, los labios apretados y el dedo índice husmeando en uno de sus orificios. Los dos asistentes informan al viejo de que el pequeño es su nieto y que acaban de enviárselo los padres desde Francia para que viva con él en España y se impregne de la ancestral cultura hispánica. Tras ello, ambos se retiran dejándolo cara a cara con el niño. Desconcertado, sorprendido, atónito, mira al muchacho de abajo arriba; luego coge la manita de ese niño acongojado, de zapatos sucios y desatados, y entra en el apartamento seguido de éste. Inquieto, atormentado, el viejo llama por teléfono a su hijo de Francia, el cual simplemente le aclara a su padre que quería darle una sorpresa.
   Mientras el abuelo intenta asimilar esta nueva situación sacando el pijama y las zapatillas de la maleta, que luego le pone al niño, éste sigue aún está llorando al tiempo que a través de la ventana arroja su mirada a lo lejos, hacia el horizonte, buscando un refugio. En la mesa, el mocoso no obedece al viejo, no come. Aunque hambriento, se contenta con fijarse en el hombre y contemplar los tentadores platos de comida. Ya en la cama, el niño sigue suspirando y se niega a recibir las caricias del abuelo, que intenta calmarle en vano.
   Ya es hora de ir a la escuela. En la calle el chiquillo se muestra orgulloso y rechaza darle la mano al viejo, el cual se apresura a cruzar la calle escudando a su recién estrenado nieto.

Maryam Benchekroun.
Rabat, junio de 2012.
Texto basado en el fragmento mudo de una película.

“OJALÁ” de RKIA OKMENNI


Ojalá tuviéramos el poder innato
de aceptar y tolerar las diferencias.
Ojalá no existieran el odio, la violencia,
las matanzas y las guerras.
Ojalá, con miles de ojalás,
no hubiera tantos refugiados
sin hogar y sin raíces,
sin país y tal vez sin identidad
huyendo de conflictos, hambruna…
y luchando para sobrevivir con dignidad.
Ojalá no hubiera intocables en la India,
y se liberaran los esclavos de Mauritania,
no hubiera violencia de género,
ni se explotara y maltratara a los niños,
para que pudieran crecer jugando.
Ojalá se respetara más a la Tierra,
se destruyeran menos árboles,
se mataran menos animales,
se consumiera menos agua
y se contaminara menos el aire.
Ojalá no se enfadara la Tierra
y hubiera menos terremotos, tsunamis,
inundaciones, ciclones y sequías
y todas esas víctimas diarias.
Ojalá no existieran el paro, los desahucios,
la crisis, la pobreza y la insolidaridad.
Ojalá el hombre encontrara todas las mañanas
más poesía en su vida.

Rkia Okmenni
Rabat, 16 de julio de 2012
Poema basado en “Ojala” de Silvio Rodriguez.

martes, 17 de julio de 2012

“LA ESCALERA” de MARIBEL ANDRADE


La primera vez que visité aquel edificio iba con mi hermana mayor. Al entrar al portal, buscamos la escalera porque el ascensor nos pareció siniestro. Pero, para nuestro asombro, al llegar al primero vimos que aquella se terminaba allí. Nos extrañó. Bajamos y buscamos en balde otra escalera. Como íbamos a un piso alto, al último (lo recuerdo bien), no nos quedaba más remedio que meternos en aquel horrible ascensor. Y así lo hicimos. Creo que podríamos haber oído el latido de nuestros corazones, si el chirriar del viejo ascensor en su ascenso hubiera cesado un instante. Ambas sentimos pánico al darnos cuenta de que este subía lento, por un tubo de paredes lisas y oscurísimas de hollín, sin más vanos que la puerta, y sin más luz que la de una tenue, sucia y vieja bombilla, crujiendo como una vieja noria. Digo sin vanos, aunque el único que había sí nos permitía ver, ya que era una puerta de metal de gruesos alambres entrecruzados. Pero sólo pared y nada más que pared veíamos por aquel único vano. De repente, el ascensor se paró y lo que teníamos enfrente era también un muro y la puerta no se podía abrir. El susto nos impedía gritar, ambas debíamos preguntarnos que para qué; quién nos iba a oír metidas como estábamos entre cuatro paredes y suspendidas de un cable en aquel vetusto inmueble. Nuestro asombro y miedo aumentó cuando, al cabo de lo que nos pareció un tiempo eterno, el ascensor comenzó a moverse de nuevo. Seguía subiendo. Cogidas de la mano, con las palmas resbaladizas de sudor, no sabíamos adónde nos llevaba aquella máquina fantasma. Se detuvo de nuevo. Con mis piernas temblorosas, yo hacía grandes esfuerzos para no desmayarme; no podía dejar a mi hermana sola, el deber me mantenía en pie. Seguíamos viendo pared, la puerta seguía sin poder abrirse. De pronto, oímos un ruido detrás de nosotras… ¡¡¡Ahhh!!! Ambas comenzamos a gritar como posesas, un hombre abría a nuestra espalda otra puerta igual que la que habíamos tenido todo el rato enfrente. Salimos como dos locas atropelladas, despavoridas, gritando y gritando… Y comenzamos a correr, pero nuestra carrera fue corta; no había adonde correr, no había escalera. ¡No podíamos salir de allí! Entonces sentí que un calor bajaba por mis piernas y que mis zapatos recogían parte de aquella lluvia caliente. De repente, una puerta se abrió en el descansillo y una mujer con uniforme apareció tras ella, preguntó algo que en mi aturdimiento no entendí; oí a mi hermana que rompía a llorar y luego la voz de un  hombre diciendo: “No sé… Estas dos locas… que han aparecido gritando al abrir el montacargas….”.Algo en mi interior me dijo que estábamos en buenas manos y me desmayé. 


Maribel Andrade
Rabat, mayo-julio de 2012.
Basado en un juego de música y escaleras…

"NO ES QUE MUERA DE AMOR" de ANASTASIO GARCÍA


No es que muera de amor,

me muero por tus besos y en tus besos muero,
me muero por tus caricias, me muero por sentirte,
me muero por abrazarte y en tus brazos muero,
me muero por tu olor, me muero por tu sabor,
me muero por tu presencia y en tu ausencia muero,
me muero por tu sonrisa, me muero por tu mirada
me muero por tu amor, por nuestro amor muero

Me muero por este amor prohibido, si es que de amor se puede morir.

Anastasio García.
Rabat, 07 de julio de 2012
Basado en el poema “No es que muera de amor” de Jaime Sabines.

lunes, 25 de junio de 2012

“EL MUNDO AL REVÉS” de ANASTASIO GARCÍA


In memorian F. G. M.

Pi pi pi, pi pi pi, pi pi pi…. Il est 7.00 h. du matin, vous ècoutez Radio…. Así me he despertado esta mañana. Una extraña sensación me invade, hay algo que no encaja, pero en esos momentos no logro saber el qué.
Abro los ojos y veo que en el armario no está la ropa, están las plantas. En el balcón no están las plantas, sino que está la ropa. Atónito y fuertemente extrañado pienso: puede ser, quizás has sacado la ropa al balcón para que se seque y las plantas están en el armario para protegerlas del frío. Cosa extraña, pero… En el lugar del café encuentro el té y para comprobar que no me he equivocado, pruebo lo que hay en el azucarero y, efectivamente, es sal… ¿Me habré vuelto sonámbulo y he cambiado las cosas de sitio?, me pregunto una y otra vez. Enciendo la tele y me pide una contraseña, así que ya no me molesto, el ordenador es la tele. No, no soy sonámbulo, eso no lo puedo cambiar. Y no, no era una sensación lo que tenía al despertarme, veo que el mundo se ha vuelto loco o quizás soy yo, no sé. Solventado el problema del café y el té, del azúcar y la sal, cojo el teléfono para calentar la leche, pues supongo que es el microondas. ¡Por poco, casi acierto! ¡Era el horno! Me ducho y cierro el grifo del agua fría para que salga caliente y después, en vez de secarme, me echo más agua y en vez de peinarme, me despeino.
Me visto con un traje blanco y una camisa negra, pues hoy es el entierro de un gran amigo y el protocolo exige luto. Mientras hago el nudo de la corbata, una gran sonrisa se dibuja en mi cara. Si el mundo se ha vuelto loco, y no yo, eso quiere decir que hoy mi amigo está vivo, que donde suponía que había tristeza hay alegría y donde había lágrimas de desesperación las hay de emoción. Estoy contento, o triste, no sé. No sé si voy a llorar o reír. Lo único que deseo con toda mi fuerza es que hoy el mundo sea del revés.

Anastasio García García.
Rabat, 17 de junio del 2012.
Leyendo las “Historias de Cronopios y Famas” de Julio Cortázar.

«VEINTE AÑOS, HIJO», BAHIA OMARI

    Lloro sin cortar cebollas, pero oigo la fluidez de las lágrimas, lágrimas por el dolor que alcanza siempre mi corazón, mi alma; un...

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Cantando los versos de José Martí.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Iman y Anastasio recitando a Mario Benedetti. Mohammed a la guitarra.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Manal, Ahlam y Assia recitando a Oliverio Girondo.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Rkia recitando a Delmira Agustini

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Bahia recitando a Alfonsina Storni.

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017

RECITAL 9 DE JUNIO DE 2017
Laura & Mohamed y Mohamed & Laura cantando a Alfonsina Storni.

Ensayando para el Día E junio 2015

Ensayando para el Día E junio 2015
Grupo del Taller de Lectura y escritura 2015

Recital 18 de junio de 2016

Recital 18 de junio de 2016
21.00 Instituto Cervantes de Rabat

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Bahia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015, 19.00 -INSTITUTO CERVANTES DE RABAT -

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Rkia. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Iman.PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Abdellah. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Viernes, 24 de abril de 2015

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Fatima. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Rabat, 24 de abril de 2015.

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA

Aïcha. PUESTA EN ESCENA DE POESÍA ESPAÑOLA
Recital del 24 de abril de 2015

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014

RECITAL 11 DE JUNIO DE 2014
Recital "A orillas del Bu Regreg 2014"