La aurora de mi barrio,
me recuerda el espacio
de mi gran ventana,
el horizonte para mi mirada.
Las muelles resisten a las olas
y las gaviotas chapotean con sus alas.
El faro golpea sus rayos
y me guiña con sus párpados.
El yodo inunda mi piso
y yo me siento en el mundo del silencio:
la claridad del momento y la pureza del aire
y yo vuelvo a ser Robinson Crusoe.
Las olas acarician la arena
y dejan su rúbrica paralela.
La brisa limpia la atmósfera
y nos espera a la salida.
De repente la cabeza de la torre Hassan se ilumina
y la llama a la oración rompe el silencio de mi mirada.
Ahora no estoy solo, el olor del café sube las escaleras
y llega a mi piso expulsando el yodo escondido en mis esquinas.
Ya sé que mi madre está en la cocina,
Y yo bajo tomar el desayuno con ella.
Sbihi Abderraouf
Rabat, febrero de 2011
Ejercicio basado en “LA AURORA” de Nueva York de Federico García Lorca.
Querido amigo, no sabia que eras tan poeta !
ResponderEliminarMuy dulce, y muy real, me llego el olor del cafe ...
Muy bonito Abderaouf, me encanta que habla de nuestra ciudad tan amada :)