Era yo una persona muy atenta, infinitamente atenta a mi propia imagen, a mi aspecto, a mi apariencia. Para mí, todo atentado contra esa imagen era una catástrofe que debía evitar.
Pero se había deslizado en mi vida sin que me hubiera dado cuenta. Al principio, había cogido sitio justo entre ambos costados, para no llamar la atención. Una vez bien anclada, bien instalada, empezó a exhibirse poco a poco, pero seguramente, interpelándome, desafiándome. Así, se fue desplegando, embelleciéndose, se fue abriendo día a día. Ya entonces ambos nos entregábamos a batallas incesantes, jalonadas por treguas falsas y por simulacros de paz, de brechas y de retiradas. Pegada a mí, me causaba daño, perjudicaba mi imagen, por lo que yo procuraba esconderla, contenerla en el interior, reteniendo mi respiración. Ella simulaba obedecer, pero en cuanto yo me cansaba, ella invadía de nuevo su espacio, cada vez más grande, más adelante, exponiéndose a mi mirada y a la de los demás, insensibles a todos los nombres de aves con las que yo la calificaba. A causa de esto, mi belleza había sufrido un golpe de mazo, y mi atracción por el sexo opuesto casi se había diluido. Entonces, ya había entrado a formar parte del grosor medio de la artillería pesada: fue todo un bloqueo parcial y luego total. Ningún regadío, ningún abono. Un racionamiento drástico, corto y luego suficientemente largo. Mediante estos regímenes, estos sufrimientos considerables, se retraía, se acurrucaba, parecía marchitarse, mientras yo enarbolaba una vez más y por un momento la sonrisa del conquistador. Pero ella tenía tiempo, suficiente tiempo.
Hoy, deambulando delante de mí, es ella, mi barriga, la que atrae las miradas, provoca las sonrisas. Entonces, le ruego que no me mire de perfil, sino más bien de cara o de espaldas. Usted encontrará tan sólo los restos de aquella magnífica talla del pasado.
Abdellah el Hassouni.
Rabat, 7 de mayo de 2012.
Tarea basada en “Trabajos de oficina” de Julio Cortázar.
« Narcisismo pasado » me gusta mucho, con el tono de auto-burla muy desarrollado (autodérision, en francés) que ha usado el narrador desde el principio hasta el final.
ResponderEliminarMe gusta cuando dice, hablando de su barriga: “Hoy, deambulando delante de mi…” como para abrirle camino para que la siguiera.
¡Felicidades, Abdellah!
Rkia
Tu texto es genial Abdelah :) Orignal y burlon de una manera divertida y artistica. Muy bien escrito, me encanta, como siempre ;)
ResponderEliminarAbrazos
un cuento divertido y agradable , el estilo es muy tuyo Abdellah,
ResponderEliminarme gusta mucho
un saludo