El rallador, como la ilusión, siempre
ha abierto muchas perspectivas a todas las zanahorias del plato, sin distinción
alguna. Estas perspectivas, siempre estrechas y redondas, eran tan monótonas
como la regularidad de los agujeros del rallador, tanto que muchas zanahorias
rebeldes empezaron a protestar muy naranjas y vehementes. (Anótese que, para
mayor comodidad, las zanahorias prefieran llamarse ‘’Las Z’’.)
La obstinación del rallador (el
pobre utensilio no tenía agujeros alternativos) hizo que algunas Z militaran
para cambiar de perspectivas y así nacieron dos corrientes antagonistas en el
plato de ‘’Zan’’… El movimiento de las Z que tenían mucho azúcar quería nuevas
perspectivas más amplias para poder reivindicar su estatuto de ‘’Frutas’’ y así
disfrutar de los privilegios ‘’fruteros’’, como bañarse deliciosamente en
néctar de naranja mezclado con agua de flor de naranjo. Estas se llamaron las
Zanahorias Creativas o las ‘’ZanCreati’’. El segundo movimiento, el de las Z a
las cuales les faltaba azúcar (o sosas) quería conservar siempre las mismas
perspectivas estrechas y redondas y deseaban pertenecer al estatuto de las ‘’Legumbres’’
para continuar bebiendo aceite de oliva con limón exprimido. Esas se llamaron
las Zanahorias Conservadoras o las ‘’ZanConservati’’.
Se produjeron tantas declaraciones
apasionadas por parte de unas y otras que el enfrentamiento fue inevitable y el
plato empezó a desbordarse. De repente y muy enfadado, el rallador amenazó a
todas las Z., sin distinción de color o de gusto (es decir, azucaradas o no) para
poner orden en el asunto. En este punto de la narración, las Z se alarmaron mucho
y olvidándose de sus provisionales desacuerdos, se reunieron en el lugar más
neutral del Plato: el Centro. Ahí organizaron las siguientes acciones, siguiendo
el siguiente orden: mandaron dos emisarias (una de cada movimiento) al rallador
para calmar su cólera, aprovecharon el tiempo así ganado para reflexionar,
decidieron que el peligro más peligroso de todos los peligros conocidos era acabar
molidas en la misma sopa si el rallador decidía empujarlas al agua hirviendo de
la cazuela. Así que, después de una breve discusión, decidieron por unanimidad reconocer
que su complementariedad era más importante que sus diferencias y, sin perder
más tiempo, se reconciliaron. Más tarde, esta reunión crucial fue recordada en
todos los libros de la Historia Oficial (de la Enseñanza primaria) como el
famoso ‘’Encuentro de la Gran Reconciliación del Centro del Plato’’, ocurrida a
la hora bendita de las 6h, antes de la Cena. [Y algunos libros incluso añaden
que las Z que se habían exiliado y se habían instalado en botes de conservas, decidieron
volver al Plato después de ese día tan glorioso].
Después de aquella reunión, las Z,
ahora unidas, publicaron una declaración común diciendo: “¡Qué Ilusión vivir en
complementariedad entre nosotras y en paz con el Rallador, en nuestro bonito
Plato!”. Y finalmente celebraron su reconciliación con una gran comida
equilibrada donde todas las Zanahorias pudieron elegir y tomar sus sitios
preferidos, algunas en platos de ensaladas y otras en platos azucarados.
Amal
Khizioua.
Rabat,
10 de mayo del 2015.
Ejercicio
basado en la asociación surrealista de un objeto ("rallador") y de una palabra ("ilusión").
Bravo Amal
ResponderEliminarEs un contraste terrible entre un objeto palpable, vivo y una palabra que viene de la ficcion. Al final me parece como una historia de amor todos se reunian.
bravo
Bahia
¡Hola Amal!
ResponderEliminarMe encanta tu cuento que he leído dos veces antes de comentarlo. Tus protagonistas, las zanahorias tienen un humor culinario muy desarrollado y lo subrayas más el hecho de personificándolas desde el principio de tu cuento hasta su final.
Me gusta cuando dices más adelante:
“…decidieron por unanimidad reconocer que su complementariedad era más importante que sus diferencias.” Como deben imitar unos humanos:))
¡Enhorabuena!
Rkia
Hola Amal
ResponderEliminarMe gusta tu capacidad de romper los muros de la realidad y de volar en un mondu fantastico / imaginario.
Bravo
Abdellah
Maravilloso y original. Bravo Amal. Med K.
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