El cuento narra en
tercera persona la historia del amor prohibido e imposible de la niña Elena Mejías, principal
protagonista, por un adulto, Juan José Bernal, también llamado El Ruiseñor, huésped que se instala en
la pensión de la madre de la muchacha y que acaba convirtiéndose en el amante
de esta.
El narrador es
omnisciente y focaliza la historia desde la protagonista y vemos cómo la
muchacha vive todo el tiempo como una sombra por los rincones
de la pensión y sirviendo a la madre, que le pide que espié a los huéspedes. Así
pues, vive su niñez sin el cuidado, el amor y la atención de la madre, como lo
indican las siguientes expresiones que describen a Elena: “cachorra desnutrida”, “piel sin brillo”, “niña
solitaria”, “dentición tardía”, “pelo color de ratón”, “esqueleto visible” y otras
más…Esa falta de amor y de cariño lo muestra la frase siguiente del
narrador: “Su madre, agotada por el
calor y el trabajo de la casa, no tenía ánimo para ternuras ni tiempo para
observar a su hija, de modo que no supo cuándo Elena empezó a mutarse en un ser
diferente.”. Elena transfiere su amor y cariño a la primera persona que
la conmueve, la cual también conmueve y transforma a su madre: El Ruiseñor.
En mi opinión, los
sentidos y el cuerpo de la muchacha de once años de edad se despiertan de
manera torpe (aunque obsesiva) en el alba de su pubertad y adolescencia, cuando
El Ruiseñor toca la guitarra y canta
por primera vez en la pensión de su madre.
El desinterés, el descuido y la
falta de sentimientos de la viuda por su hija hace que esta última viva en un
estado casi salvaje y todo lo que sabe lo aprende observando a los adultos y
residentes de la
pensión. Desde mi punto de vista, aunque el hombre adulto
interpreta y califica el comportamiento de Elena de “perverso”, la niña no es consciente
de esta perversión y se limita a imitar su madre en respuesta a las
transformaciones físicas que vive. Todo ello frente a la ausencia total de la
madre, que no tiene tiempo para ocuparse de ella ni guiarla, y también ante la ausencia
de otros niños de su edad en la pensión para vivir una infancia normal (en este
sentido, tampoco veo el papel de la escuela). Vive y se mueve entre adultos. Y
dado que la madre se enamora de El
Ruiseñor, se vuelve coqueta para vivir su propia historia de amor y olvida
todos sus principios con que dirigía su pensión y la existencia de su hija, ella
intenta hacer lo mismo.
En conclusión, pienso
que la viuda es la gran culpable del interés que siente la niña a tan temprana
edad por el mundo de los adultos. Además, también es culpable cuando la aleja y
la mete en un internado de monjas, tras el suceso en el cuarto de Bernal, en
vez de rectificar su actitud maternal y su papel educativo.
Personalmente, no encuentro
ningún interés por el estado de ánimo ni por los pensamientos de El Ruiseñor antes y durante la visita de
Elena con su novio, ya a sus veintisiete años. Tal vez, simplemente le añade al
cuento un cierto toque pedófilo tardío.
Por otra parte, aquí
no se manifiesta el “realismo mágico”, tal y como en “Dos Palabras” de la misma autora.
Este cuento me ha encantado,
aunque el título me molesta por su dureza dados los acontecimientos que tienen lugar en el cuento…
Rkia Okmenni
Rabat, 24 de marzo de 2014
Comentario sobre “Niña perversa” de Isabel
Allende, en respuesta a la pregunta: ¿Cuál es tu opinión personal del
cuento?
Rkia: me ha gustado mucho cómo sintetizas el cuento de "Niña perversa"
ResponderEliminarEster
Rkia,
ResponderEliminarEl cuento me ha atraido por el titulo. "niña" y "pervarsion" son dos palabras dificiles por asociar en mi mente. Asi que me puse a leer por curiosidad.
El texto es muy agradable de leer, las descripciones del la niña al principio me han encantado. Me gusta cuando el protagonista no es bello, simpatico y generoso.
Estoy deacuerdo contigo sobre lo que dijiste Rkia. Que finalement no se trata de perversion, sino de de la suma de las cosas de las que has hablado. El vacio en su vida, vacio emocional ya que su madre no le da cariño ni amor, luego la rutina, la ausencia de amigos, de juegos, de risas ... de todo lo que normalemente caracteriza a la niñez. Encontes la aparicion de un personaje diferente, que la conmueve de una manera o de otra pone en marcha sentimientos que no corresponden a su edad, y que han sido acentuados por lo que ha visto de la relacion de su madre con el objeto de su propia pasion.
Claro esta, enviarla al convento no era la solucion, pero no me sorprende de la parte de su madre. La ha alejado para vivir su vida y ya.
Pero yo encuentro una perversion en el texto, la del Ruiseñor despues de muchos años. De la manera con la que se acordaba de lo que ha pasado con la niña. Perverso por ir a comprar bragas de niñas de algodon, por pasear por colegios y mirar con delicia a las niñas .... Esa es la verdadera perversion.
Y eso le da un toque de ironia al texto. Y me gusta mucho.
Gracias por tu comentario Rkia.
Un beso
Querida Fatine,
EliminarPara empezar, muchas gracias por lo que has escrito sobre mi comentario, y por completar el comentario del cuento «NIÑA PERVERSA» DE ISABEL ALLENDE .Coincido contigo cuando dices:” "niña" y "perversión" son dos palabras difíciles por asociar en mi mente”, en la mía tampoco.
Por otra parte, me alegran tus visitas al blog y me parece que el taller es como un tren que coges aunque en marcha. Subes y viajas con nosotros como si jamás le hubieras dejado.
Fatine, estos días leemos la novela “Pedro Páramo” de Juan Rulfo (no te digo más…), por si acaso tienes un poco de tiempo para empezar a leerla y luego compartiremos nuestros comentarios.
Un fuerte abrazo.
Rkia
Muchas gracias amiga mia, el tren del que hablas es un tren que adoro, el y sus viajeros :)
ResponderEliminarUn abrazo grande
Fatine