A lo lejos doblan las campanas
y el rumor se hace realidad.
¡La mamavieja ha muerto!
Las mujeres corren a por la mortaja
y los hombres a abrir la tierra.
De luto, de luto se viste el día
y mi alma se cubre de pena.
Ya duerme para siempre la mamavieja.
Se ha ido y ahí está, con su cara
serena.
Las campanas, con su lento tañer,
lloran de pena.
Ya la están enterrando.
La tierra la arropa para dormir su
último sueño.
Un frío gélido y aterrador me
invade.
¡No tengas miedo! No estás sola,
mi alma duerme contigo.
A lo lejos doblan las campanas.
Y mi alma se convierte en verso
y el verso en sentimiento.
Anastasio García
Rabat, julio de 2014
Anastasio,
ResponderEliminar¡Que despedida en verso llena de tristeza y de mucho amor!.
¡Un poema precioso!
¡Enhorabuena!
Rkia
Anastasio
ResponderEliminarEs muy bello tu poema al ejemplo de " De luto, de luto se viste el día y mi alma se cubre de pena"
Bravo
Abdellah
Muchas gracias compañeros. Me alegra de que os guste.
ResponderEliminarY es verdad Rkia, hay mucha tristeza y amor, pero creo que el amor supera a la tristeza que hay.
Gracias otra vez
Anastasio