“¡QUE ESTA PESADILLA DESAPAREZCA!” de MARÍA EL KANNASSI (Invitada al blog)

          Mira las escaleras,

          sube los peldaños

                uno a uno                                      

                desde el rellano,

         coge firmemente las barandillas,

                quiere despertarse

                de estas pesadillas.

         Y sube y sube

         a cada paso le duele.

         Oye voces arriba

         que puede identificar pronto.

         ¡Te amo! ¡te amo!

         Ahora reconoce una,

         ¡Pero cuidado! ¡Sin rencor!

         Llega a la primera planta,

         pero está invadida de rabia.

         Este suspiro familiar,

         ¡Umm! Y esta canción dulce

                que le encantaba,

         ahora la odia con toda su alma.

         Y sube y sube

         y su corazón se vuelve espuma,

         pulverizado por esta desgracia.

         Y su amor se vuelve ilusión,

         destruido por esta traición.

         Había organizado todo

                para su partida:

         un billete de avión, regalos,

         adioses sin palabras.

         Decía que tenía mala cara:

         «Estaría bien que fueses

                a otra parte.

         La vida es muy agradable,

               luego cálmate!».

         Le había ofrecido un viaje,

         Le había ayudado a hacer

               su equipaje...

         Ahora mira sobre el suelo

               sus zapatos,

        ropa femenina

               y calcetines dispersos.

         Se baja de repente

                para recogerlos,

         Con las manos temblorosas.

         ¿Cómo llega a engañarla?

         ¿Cómo puede lesionarla?

  ¿Cómo se ha rebajado

  a este nivel,

  este hombre que creía fiel?

Y sube y sube

y cada recuerdo la hiere.

Se acuerda de sus noches

de amor a la luna llena,

sus palabras, sus caricias

y su sonrisa.

Sería más sensato

dejarle un mensaje corto.

Se dirigió hacia el dormitorio,

conteniendo su odio.

Dudó un poco antes de entrar,

lo quería matar,

pero inconsciente empieza a llorar.

Y sube y sube

esta tristeza que la destruye.

Parecía un loco,

inclinado sobre este cuerpo,

y este pecho desnudo.

No dijo ninguna palabra,

Una mirada de reto por esta rubia.

«Disculpad si os molesto,

quiero recuperar mi cojín

que estás arrugando!»

Se dio la vuelta sorprendido,

Parecía totalmente                                                                  apesadumbrado.

Le dijo que se arrepentía,

Pero sabía que no era crédula.

Y sube y sube

esta rabia que la estremece.

¡Chiss! ¡Ni palabra!

¡Cállate, idiota!

¡Bravo!

¡Te felicito!

Palabras de amor, sensualidad,      gran escena,

¡Pero todo mentira!

Merezco poco respeto,

sea cual que sea mi defecto.

Te había ofrecido mi cuerpo

y mi cariño,

Te has vuelto mi mejor sueño.

¿Por qué humillarme?

¿Por qué apuñalarme?

Y sube y sube

la decepción que la sumerge.

temblando se quita su anillo,

suavemente lo tira sobre el suelo,

se eclipsa dejando atrás

este espejismo,

      que será un recuerdo

      ¡tan doloroso!