
Me extraña que usted sienta tanto odio por los viajes en barco. Quizás se debe a que no aguanta el movimiento del péndulo de
las olas. Quiero decir que usted tal vez no tiene
«pies
para el mar» y sufre mareos desde el instante en que pone su cuerpo
en cubierta. O quizás ese órgano vital que es su corazón escapa a toda forma de control y sigue el movimiento oscilatorio: una vez hacia la
derecha, otra hacia la izquierda. Y cosa muy normal, entonces usted se alarma y
piensa que, entre sus locas idas y venidas,
puede pararse sin previo aviso y matarlo.
Tal vez usted envidia a todos esos
pasajeros alegres su indiferencia a esa movilidad continua porque ellos sí
suben, bajan, comen, hablan, bailan, disfrutan del viaje como si fuera un
verdadero crucero. Mientras usted se siente enfermo y la travesía le parece una eternidad. A lo mejor lo que le molesta es el hecho de que ni
siquiera puede apearse cuando quiere y lo que lamenta es no saber nadar en caso
de un naufragio repentino. Y para colmo, la comida que ingiere se niega a quedarse en su
estómago y vomita hasta la mínima miga que se atreve a comer…
En cuanto a mí, le confieso que me encanta
viajar en barco. Imagine usted, y sólo como recuerdo histórico de la historia de la humanidad, que el español
Cristóbal Colón, el marroquí Ibn Batuta y el británico James Cook, así como
otros muchos investigadores y navegantes, descubrieron importantes partes del
mundo y a sus pueblos gracias sus barcos de vela, galeones o buques. Para mí,
flotar rodeada por esta inmensidad acuática, en medio del océano y de ningún
lugar, resulta una experiencia única, incomparable y placentera. Disfrutar de la calma
que sólo interrumpe el ruido de las olas, de amaneceres y atardeceres en el mar
es algo regenerativo y también una verdadera invitación a cuestionarse uno
mismo y a meditar. Deambular en el puente de paseo y sentir el olor marino de
las algas, la vista de estelas que se borran poco a poco y la aparición de los
delfines que acompañan el buque, como para desear a los viajeros la bienvenida
a su mundo, son instantes intensos y de una cercanía frágil a ese elemento
vital que es el agua.
Todo se vuelve relativo con el balanceo de las olas. Entre agua y cielo, yo
me veo con mis dimensiones exactas, diminuta en el universo y montada en uno de
los descendientes del Arca de Noé.
Permita usted que le diga que tiene que probar a viajar en barco, al menos una vez en su vida, y le aseguro que jamás se arrepentirá.
Rkia Okmenni
Rabat, octubre de 2018
Texto inspirado en el “El placer de viajar” de MIGUEL ANGEL CALIZ
Rkia:
ResponderEliminarTu imaginación literaria puede navegar desde temas de lo más cotidianos hasta puertos de lo más insospechados.
Felicidades.
Muchas gracias Ester por tu comentario.
EliminarGracias también por la selección de textos y de autores que nos hacen viajar hacia dentro y hacia fuera.Su diversidad así cómo tu metodología para acercarnos de ellos en el Taller es inspiradora y despierta nuestra imaginación.
Otra vez gracias.
Rkia
Querida amiga, que gusto volver a leerte :)
ResponderEliminarTus frases fueron mi barco por unos minutos, y disfruté contigo del mar infinito, de su belleza de los colores y olores.
Felicidades por ese bonito texto.
Te echo de menos así que a todos! un abrazo :)
¡Hola amiga!
EliminarMuchísimas gracias querida Fatine por tu lectura, por tu comentario y por animarme.
Muy contenta que mi texto te haya hecho viajar en barco y disfrutar del mar.
Yo también te echo de menos y espero leer algo tuyo como tu último delicioso y magnifico poema sobre el Taller de teatro.
Un abrazo muy fuerte.
Rkia
hola mi amiga tu cuento es maravilloso ...con tu imaginacòn he vivido la cercania fragil a ese elemento vital que es el agua
ResponderEliminarAssia el oualidi
¡Hola querida Assia!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura y por tu comentario.
Muy contenta que mi cuento te haya gustado.
Un abrazo.
Rkia.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl comienzo me ha parecido fabuloso. Me ha resultado inquietante esa charla entre personajes a lo que no pongo cara...
ResponderEliminarMe ha gustado.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Muchas gracias Alberto por tu lectura y por tu comentario.
EliminarMuy contenta que mi texto te haya gustado.
Rkia
Muchas gracias Alberto por tu lectura y por tu comentario.
EliminarMuy contenta que mi texto te haya gustado.
Rkia