Unas cuantas palabras no más, dos
o tal vez tres, y la pesadilla no tardó en
venir, «No, no, no, no puedo, no
puedo, yo tengo mi vida… » Tales palabras sonaron en mi oídos como
platillos provocando una sordera repentina y una disfunción de todos mis
sentidos. Mis ojos ya no eran mis ojos y mis labios pertenecían a otra, me
sentí como una clandestina dentro de mi propio cuerpo que ya había dejado de obedecerme. Entonces ocurrió lo fatídico, lo irremediable, mis
labios que ya no eran míos pronunciaron todo lo contrario de lo que mi cerebro
deseaba decir: «No podemos hacer nada».
Nos quedamos ahí pasmados una
hora o tal vez tres, incapaces de movernos, de decir una palabra, crispados en
un enloquecimiento inefable, mirándonos como por primera vez, con un mero
recuerdo de tiempos lejanos, un café en una terraza a mediodía, un espectáculo
de ballet, una angustiosa espera en el frío pasillo de un hospital. Entonces, unos brazos estrecharon mi cuerpo ya en estado de
descomposición, de aniquilación. Mis manos suplicantes se elevaron en un
intento fracasado de no sé qué gesto, al que siguió un simple “Chao”.
Sola y aturdida en la
muchedumbre, escuchando los ecos cada vez más apagados de aquellos confundidos
recuerdos, comencé a temblar intentando comprender qué podía ser aquello que me
acechaba súbitamente. Ya había sentenciado mi propia vida con mis propias
palabras mirando alejarse una espalda que me había servido de apoyo durante
tanto tiempo, una nunca que había acariciado tantas veces, las suelas de unos
zapatos que había escogido yo misma, una silueta que ya empezaba a confundirse
entre tantas otras, para hacer cuerpo con la multitud.
Cuán extraño es ver cómo, en un
parpadeo, la vida se te desliza de entre los dedos como espuma, sentirte de
repente el ser más solitario del mundo y tener solo un pensamiento en el
cerebro, un solo deseo en el corazón y una sola palabra en los labios… Atrapar ese tren, de cualquier manera, con los brazos,
con los dientes o hasta con el alma.
Pero mi alma ya estaba agonizando
y se hundía cautelosamente dentro de mi cuerpo, apiadándose de mí. Mis rodillas
empezaban a doblarse, los tendones de mi cuello a anquilosarse, pude oír los
latidos de mi corazón, el gorgoteo de mi estómago, el chirriar de mis dientes
¡¿Y oí algo más?! Un ruido confuso, indefinible… ¿Estaba el ruido en mi cabeza
o existía realmente? Yo estaba casi paralizada, pero no tanto como para no
hacer un débil esfuerzo hacia la salvación: llegar a alcanzar ese ferrocarril
que arrastraba los vagones como yo arrastraba el corazón y las piernas. Pero
más horrenda aún era la lentitud de mi avance, ya que por más que corriese,
unas tinieblas me envolvían y no se disipaban, y un frío nuevo, como moho
venerable, me invadió y consiguió hacer de mi sendero de salvación un
interminable camino.
Por aturdida y caótica que
estuviera mi mente, creo que conseguí arrancarle una sonrisa a mi cara, una
sonrisa muy dolorosa y desconsolada, creo que hasta llegué a ordenarle a mi
brazo derecho que fingiese un esforzado gesto de despedida que ejecutó con
mucha pereza. Como entre sueños, miraba yo cómo se alejaban lentamente unos
ojos azules y tristes en un vagón frío y metálico, en medio de unos silbatos
estridentes.
Iman Tanouti.
Rabat, 6 de diciembre de 2016.
Actividad de escritura realizada a partir de una escena de la película “El
secreto de sus ojos”.
Realmente impresionante.!Qué riqueza léxica y expresiva! Enhorabuena Imán.
ResponderEliminarMuchas gracias Amparo. Tal vez no te acuerdas pero fuiste tu quien me hizo descubrir el taller hace unos 8 anos. Gracias
EliminarIman,
ResponderEliminar«TREMULA DESPEDIDA» es un cuento muy agradable de leer y de un tirón en un acto de solidaridad con la protagonista pero también para disfrutar la creatividad literaria y ver como y cuando se acaba el remolino doloroso e intimo del «adiós».
Tu estilo en el texto es poético, con un «yo» elegante en el recuerdo de lo que fue y ya se acaba. El léxico es rico y rebuscado (aprendo vocabulario nuevo al leerte). Tus descripciones de la escena/ secuencia usando un «zoom» sobre el tiempo interno de la protagonista, estirándolo y amplificándolo hasta su máximo crea una lentitud en sus gestos y su pensamientos.
¡Me encanta!
En espera del siguiente.
¡Felicidades amiga!
Rkia
Muchas gracias Rkia por tus comentarios y tus animos.
EliminarIman, Bravo!
ResponderEliminarMe gusta mucho la creatividad literaria. Un texto muy rico de vocabulario nuevo. Una descripción tan detallada que permite una inmersión dentro los sentimientos de la protagonista.
Iman, tienes la pluma.
¡Felicidades amiga!
Bahia
Muchas gracias Bahia.
EliminarMagnífico cuento que muestra la vulnerabilidad humana frente a una separación.
ResponderEliminarBravo Iman!
Zakia
Gracias zakia. Esperamos tu regreso
EliminarMagnífica historia, llena de sentimientos y una descripción que transporta al lector al momento de la escena.
ResponderEliminarFelicidades continúa escribiendo
Anastasio
Muchas gracias Anastasio. Te hechamos de menos en el taller. Un beso
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