Acabose el agua,
y hasta la fuente llegó
la pastorcilla con su linda pose.
Ensimismada estaba con el canto del ruiseñor,
que cual galán se creyera,
cuando tras un matorral una voz se oyó.
La curiosidad le picó
hasta ella se dirigió.
Lo que allí pasó, la maravilló.
Pastorcilla entró, pastora salió.
Al día siguiente a la fuente se dirigió,
pero no lo encontró,
y desesperada imploró:
Perdime por conoceros,
ojos negros,
perdime por conoceros.
Perdime por teneros,
cabellos morenos,
perdime por teneros.
Perdime por tomaros,
vigorosas manos,
perdime por tomaros.
Perdime por veros
¡Oh, habibi!
Perdime por acompañaros.
Puedo dormir y no quiero.
¡Que el sueño se me escape
pensando en esos luceros!
¡Oh, habibi, iluminad mi amanecer!
¿Qué faré yo sin ti, hayati?
¿Qué faré yo o qué serad de mibi?
¡Habibi, non te tolgas de mibi!
¿Qué faré mamma?
¿Qué faré yermanelas?
Si mi habibi se tolga de mibi…
Todo esto pasó. Todo esto soñó.
Anastasio García
Rabat, 4 de diciembre de 2013
Ejercicio basado en la fusión de poesía tradicional y de poesía personal.
Ejercicio basado en la fusión de poesía tradicional y de poesía personal.
Hé rubio, me gusta mucho tu poema. Una mezcla saborosa, verdaderamente.
ResponderEliminar¿Qué faré yo sin ti, poeta?
Abdellah
Muchas gracias querido compañero
Eliminar¿Qué faré yo o qué serad de mibi? sin todos vosotros.
Anastasio
¡Maravillosa fusión, Anastasio !
ResponderEliminar¡Un verdadero cuento fantástico en verso!
¡Qué pena que no te sea posible asistir a todas las clases del taller!
Pero con el Blog, no nos faltaran tus textos ni tus comentarios.
¡Felicidades!
Rkia
Wow !!!
ResponderEliminarMagnifico el poema , una mezcla de palabras árabe y españole. una descripción perfecta de un gran y profundo amor.
Bravo
Bahia