Una mañana en el salón. La madre Tuda de pie
con su delantal y secándose las manos con un paño de cocina; la hija Muna,
vestida de calle, con su maleta abierta, busca unos libros; el hermano Hamid
-en paro-, sentado, sigue un programa en la tele. Hay vasos de té sobre la mesa.
La madre: Muna, ¿has visto el gran
coche que ha parado enfrente?
Hamid: ¡Estupendo! Es un
nuevo modelo que puede alcanzar una gran velocidad.
Muna: Sí, lo vi al llegar.
Lleva una placa extranjera y es verano… Así que debe pertenecer a algún
emigrante que está en el país.
La madre: A ver si adivinas quién lo conducía…
Muna: ¿Y cómo quieres que lo
adivine, madre…? Acabo de llegar de la universidad. No he podido dormir en el
autocar y quiero subir arriba a descansar un ratito antes del almuerzo.
La madre: ¿No te gustaría tener un coche así?
Muna: No
entiendo tu pregunta.
(Va a levantarse
para salir del salón.)
La madre: Espera, no puedo callármelo
más: es el coche de tu futuro marido Ali, el sobrino de nuestra vecina que
trabaja en España.
Muna: ¿Qué marido? ¿Y desde
cuando tengo un marido, quiero decir… un futuro
marido, mamá?
La madre: Desde ayer por la tarde.
Muna: Pero, mamá, sabes que
no quiero casarme, que tengo estudios que acabar y que ya te expliqué que yo
soy quien elegirá mi futuro marido.
La madre: Yo sé, yo sé. Cuantas veces
me repetiste esas palabras. Conozco esa frase de memoria, hija mía. Pero, se
trata de algo que no se repetirá nunca más.
Muna: Estoy a punto de
licenciarme, tengo exámenes dentro de una semana y no me casaré con nadie,
aunque sea el tal Ali, el sobrino de nuestra vecina, o cualquier otro.
Hamid: Cuando te cases con Ali,
no te olvides de mí. Me iré a España en cuanto
me envíes los papeles para el visado.
Muna: Tú cállate y ocúpate de
buscar un trabajo en vez de dormir todo el día y salir de noche.
(La madre no puede dominar su
excitación. La hija, calmada al principio, se
enfada poco a poco y no llega convencer a su madre. El hijo, Hamid, interesado
por el tema, ya no sigue su programa y observa las reacciones de su hermana.)
La madre: Ya contesté “sí” a Lala Fatimá, la casamentera que vino a
hablarme de tu petición de mano. Así que vendrán pasado mañana. Y se festejará
la boda antes de que Ali, tu futuro esposo, regrese a España. Te regalarán toda
la ropa que necesites. No tenemos que comprar ni coser nada.
(Se produce un silencio.)
La madre: ¿Qué me dices, hija mía? ¡Es una muy buena noticia! Estoy
impaciente por ver lo verde que se pondrá Aicha cuando se lo cuente. Se pensaba
que te ibas a quedar sin marido toda la vida.
Muna: ¡Por favor madre! Sabes que quiero licenciarme para
empezar un cursillo de formación para profesores. Empezaré el curso después de
las vacaciones del verano. Así que, por ahora, casarme no forma parte de mis
proyectos de futuro ni de mis preocupaciones. Propónselo a una de mis hermanas
que están en edad de casarse. Pero ¡a mí déjame en paz!
La madre: ¿Qué me dices? Ninguna de ellas
puede casarse si tú, la mayor, estás todavía soltera. Es la costumbre en el
pueblo y tú lo sabes muy bien.
Muna: Eso
es asunto tuyo. A mí no me molesta en absoluto el hecho de quedarme soltera.
¡Qué se case la que quiera antes de que yo lo haga! Mis proyectos para asegurarme
el futuro y poder ayudaros tienen prioridad. (Pausa)
Mi padre no puede ya cocer el
pan ni soportar la luz y el calor del horno, aunque ni siquiera se queje.
Además, últimamente han abierto muchas panaderías modernas en el pueblo. En
cuanto al pretendiente, que no me conoce ni yo
conozco, que busque otra chica.
La madre: ¡Eso
no puede ser! ¡Qué vergüenza!
Muna:
¿De qué vergüenza hablas, mamá?
La madre: (Con
una expresión de decepción y tristeza.)
Por primera vez tenía algo nuevo
e interesante que contar y hablé de tu próximo casamiento a muchos clientes que
vienen para cocer el pan o a comprarlo. Hasta invité ya a algunos a la fiesta. (Cambia
de tono hablando a Muna.) Piénsalo bien esta noche cuando hayas descansado,
hija mía. ¿Me lo prometes?
Hamid: (Convencido de la
determinación de su hermana, pero insistiendo
para tomarle el pelo.)Mamá tiene razón, Muna. Estás cansada ahora. Piénsalo
bien porque es una oportunidad única. Causarás gran envidia entre las chicas
del pueblo
Muna: (Mirando con
determinación su hermano.)No tengo nada que pensar y no voy a sacrificar
todos estos años de estudios para satisfaceros. Subo para descansar un ratito y
si al bajar alguien me habla de eso, regreso a la universidad para preparar mejor
mi examen. Mi maleta está todavía hecha. (Muna sale del salón y al pasar cerca
de su madre, le besa la mejilla diciendo…) Y tu mamá, como siempre bromeas
mucho, diles a tus clientes que era una broma y que sabías que yo jamás aceptaría
abandonar mis estudios para casarme. (La madre, situada frente a su hijo, se da cuenta que él la mira esperando su reacción. Esta
no tarda en llegar.)
La madre: ¿Tú, qué haces aquí y qué
estas mirando? Apaga esta tele y muévete para ir a ayudar tu padre en la
panadería. (La madre, Tuda, se dirige hacia la cocina cojeando a causa de su
rodilla izquierda, la cual todavía le
duele, pero va erguida y con una expresión en el rostro indescifrable…)
Rkia Okmenni
Rabat, 31 de octubre de 2013
Teatro: fragmento basado en El sí de las niñas de L. F. de
Moratín.
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Rkia, tienes un léxico muy rico, esto se manifiesta en tus cuentos y poemas.
ResponderEliminarTu texto me encanta. El dialogo entre la madre y la hija està muy bien hecho.Un espejo real de la sociedad indicada.Pero a pesar de la preocupacion de la madre para su hija, ésta la ha afrarontado con desafio. Asi esta situacion engendra conflictosy confrontamientos entre generaciones;es decir,el cambio-poco a poco-de la mentalidad, de los habitos,de la cultura, de la familia urbana...
Enhorabuena
Fatima
Muchísimas gracias por tu comentario, Fatima.
EliminarEs un placer compartir el taller contigo y tus aportaciones en textos, poemas y comentarios enriquecen el blog.
Rkia
Rkia, no me sorprende tu obra. Tienes la habilidad de describir los eventos, expresar y danos vivir realmente tus escritos.
ResponderEliminarFantástico; enhorabuena.
Maryam.
Te agradezco tu comentario Maryam. Es un verdadero placer tenerte por aquí en el Blog de vez en cuando.
EliminarUn abrazo
Rkia