La esperanza me aparta de la muerte cada día. Cada día me levanto, corro, atravieso la ciudad fría, llego a mi trabajo frío donde pasan las horas lentas. Corro de nuevo, así se pasan los días.
Cuando sentí tu vida dentro de mí, en la mía se abrieron un abismo y un horizonte nuevo, ese horizonte era igual a esperanza, palabra salvadora; caminé por ella y drené el agujero del abismo.
Cada día, la esperanza suena a las 6 de la mañana; la esperanza está en la guardería, cuando te dejo; nunca solo, porque mi amor allí te dejo, para que te cuide, para que te proteja; y también se halla en los autobuses y metros que de ti me alejan los lunes, los martes…
El viernes, la esperanza está más lozana, más entera, rejuvenece: “Mañana y pasado recuperaremos el tiempo perdido de cada semana, tachada invisiblemente en el calendario de mi alma”. El viernes la esperanza está más cerca, ha pasado otra semana. Nuestros sueños, hijo mío, se acercan.
Maribel Andrade
(Ejercicio basado en Lejos del 16º, una de las historias de la película París, je t´aime)
QUE BONITO ES TU TEXTO MARIBEL Y QUE TIERNO, PARECE QUE HAS REVIVIDO CON LA PROTAGONISTA DEL CORTOMETRAJE SU ANSIEDAD Y SU TRISTEZA POR TENER QUE DEJAR A SU NINO SOLO PARA CUIDAR A OTRO NINO;
ResponderEliminarMUY CONMOVEDOR.
Tu texto es magnífico,expresivo y literario con palabras elogiadas,típicas y profundas.
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