TÚ estabas ya desperada y esperabas la ocasión de volver a ser feliz. TE habías vuelto una esclava de tu vida siniestra, querías salir de aquel infierno, sufrías mucho y debías tener confianza en ti misma a pesar de lo poco que guardabas dentro de ti. No hacías más que trabajar, no sabías ni ir a un baile, no salías jamás con chicos y tenías miedo de la vida. Así que… ¿quién podía ayudarte en esta nueva etapa? Con “la responsabilidad de tener un hijo”.
Si la memoria no te falla, por aquel entonces, empezabas realmente muy temprano a trabajar. Ya de madrugada cogías el metro y luego el autobús. Cuando deambulabas por allí dentro, en el metro, era como estar en un túnel muy largo, oscuro; además, siempre había mucha gente cuyos rostros estaban cubiertos de un humo blanco y gris, mientras TÚ ibas cada vez más de prisa, y corrías y corrías para atrapar… ¿Atrapar qué? Tal vez el futuro. Quizás. Era como viajar dentro de un sueño... Cuando empezabas el día de aquella manera sentías pena de nuevo al cruzar a aquel lugar en donde TÚ trabajabas… Otro día más: el mismo vestido modesto, el mismo mal peinado y los ojos tristes con la mirada abstracta detrás de la ventana de esa habitación tan espaciosa, cerca del otro niño que, cuando oías llorar, lo primero que te traía al pensamiento era a tu pobre niño abandonado en la guardería, por lo que empezabas a cantarle la misma canción que a tu propio hijo… “¡Siempre estabas pensando en tu ángel”.
Y en ocasiones, estaba el tener que olvidar, aunque supieras que te era imposible quedarte una hora o una hora y media más cualquiera de aquellas tardes, porque te acabarías quedando. Y también el tener que apasionarte por aquel trabajo duro para poder darle un futuro y poder educarlo lo mejor posible. No te importaba todo aquel sacrificio, aunque por las noches te encontrabas siempre tan agotada… Te hallabas en una situación tan desagraciada...
Pero nunca TE avergonzaste de tu derrota, aunque sentías tristeza en el corazón al saberte vencedora de ti misma.
Sabah Mezzour
Rabat, diciembre de 2009
(Ejercicio basado en Lejos del 16º, una de las historias de la película París, je t´aime)
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