Me acuerdo de mi primer año en la escuela, me gustaba que me acompañara alguien porque aún no tenía amigos y no sabía el camino. Y me acuerdo de que mi primera institutriz me amaba mucho, hasta el punto de que me dejaba jugar en clase, aderezar cosas, juguetes y objetos de decoración.
Me acuerdo de que en primavera siempre íbamos de excursión por los alrededores de nuestra ciudad. La naturaleza era magnifica; el aire, puro y limpio. La vista se podía explayar y no había límites.
Me acuerdo de que me caí muchas veces en aquellas escaleras más o menos altas de nuestra antigua casa de la Medina de Fez .Gracias a Dios, jamás me ocurrió nada grave.
Me acuerdo de mi primer viaje. Fui a Casablanca en el automóvil de mi primo.
Me acuerdo de los molestos comentarios de la hija mayor de nuestros vecinos, cuando vio que el hijo de los vecinos de enfrente y yo intercambiábamos flores y hablábamos de las plantas de nuestras terrazas. Nuestras manos cruzaron la estrecha calle desde nuestras respectivas terrazas y se encontraron en la mitad del aire.
Me acuerdo de que en Ramadán había un hombre que se encargaba de despertar a la gente para que todos comieran antes del amanecer y así poder ayunar hasta el anochecer. Pasaba por las calles golpeando rítmicamente con un martillo de madera todas las puertas de las casas.
Me acuerdo de mi esperanza al nacer mi sobrino. Yo estaba detrás la puerta de la sala de partos, en el hospital. Tenía catorce años. Estaba muy contenta por poder participar llevando cosas de nuestra casa a la clínica y viceversa.
Me acuerdo de la mudanza de mi familia a Casablanca y de mis estudios secundarios allí. Me acuerdo de mis profesores, tan amables. Yo sentía verdadera adoración por ellos, hasta el punto de que, cuando tuvimos que dejar Casablanca para venirnos a vivir a Rabat, yo me negué, lloré y tuve grandes dificultades para integrarme en la nueva escuela.
Me acuerdo de la muerte de mi tía paterna. Fue el primer funeral de mi vida. No sé exactamente, pero creo que tenía alrededor de cinco años. Ella era la única de la familia que vivía en la misma ciudad que nosotros y solíamos compartir muchos momentos con ella, su marido y sus hijos.
Me acuerdo también de la muerte de mi abuelo materno. Sin embargo, esto ocurrió siete u ocho años después de la muerte de mi tía. Fue el único abuelo que yo conocí.
Me acuerdo de mi enorme tristeza y del golpe que me sobrevino cuando me anunciaron que la posesión de un coche era obligatoria para ser visitador médico. Era el primer trabajo al que me habían convocado estando yo en paro.
Me acuerdo del día en que recibí el sobre con mi primer sueldo. Era la víspera del Aid El Kebir.
Me acuerdo… me acuerdo… En verdad me acuerdo de muchos sucesos y sobre todo de grandes y pequeñas cosas que han sido trascendentales en mi vida.
Mariposa
Noviembre de 2009
Aunque seas mariposa, ya te conocía, y ahora mucho más a través de tus recuerdos. Muy bonitos los de la escuela, los del ramadán y los del vecino de las flores. Emocionantes los relacionados con el nacimiento de tu sobrino, y los que hacen alusión a tu trabajo.
ResponderEliminarBienvenida al taller.
Mariposa,
ResponderEliminarEres mi vecina en la aula.Compartemos momemtos agradables en el taller.Y la lectura de tus recuerdos ha permetido que te conozca más.
Mucha ternura y mucha sensibilidad.
¡mucho ánimo para escribir mäs!